Robarte un beso - YaJoe

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¿Nunca han tenido la sensación de que el tiempo se detiene?

Pues eso era exactamente lo que Yayo sintió cuando Pepe comenzó a besarlo. En ese momento no existía nada más que ellos dos, no había algo más real que los labios con sabor a cerveza que se movían suavemente sobre los suyos o que el par de manos que se aferraba a su cintura tan fuerte que casi dolía pero Yayo no se preocupaba por el dolor o por las marcas que probablemente quedarían en sus oblicuos ni siquiera pasaba por su cabeza qué es lo que pasaría cuando el beso terminara, no, él estaba más preocupado por sentir la cálida lengua que invadía su cavidad bucal.

Pero aun cuando uno cree que el tiempo se detiene este sigue su curso.

El aire comenzó a faltar y aunque ninguno de los dos quería separarse tuvieron que hacerlo, a penas unos centímetros, respirando agitadamente sobre la boca del otro, sin dejar de abrazarse, sin dejar de mirarse, sin dejar de sentirse.

- Eduardo... - La voz de él más alto salió como apenas un suspiro pero lo suficiente alto para que el chiapaneco lo escuchara.

Yayo no podía apartar su vista de los ojos de Pepe, no sabía qué decir o tal vez si pero no quería hacerlo de todas formas, y cuando Pepe empezó a inclinarse hacia él rozando la comisura de sus labios una vez más ...

- ¡YAYO! - Rápidamente ambos se separaron cuando el rubio entro a la habitación - ¿Dónde verga andabas? Llevo horas buscándote cabrón

- Verga Rubius te he dicho que no entres a mi habitación sin tocar antes carajo.

- Uy dispulpa... - Strecci volteo la mirada encontrándose con un Pepe algo nervioso - ¿Y tú qué chingados haces aquí?

Pepe pareció reaccionar a la pregunta del rubio, recobrandose.
- Qué te valga verga wey.

- Como que los dos están muy sensibles, mejor ya voy a la verga.
Strecci cerró la puerta; en seguida Yayo busco la mirada de José pudo ver en sus ojos toda la confusión que él sentía en ese momento, todas las ansias que lo consumían, y podría apostar a que José veía lo mismo en los suyos. Esa conexión duro a penas unos segundos antes de que Pepe la rompiera e intentara salir del cuarto, pero el chiapaneco fue más veloz que el más alto y antes de que pudiera tomar el pomo de la puerta él tomo su brazo, sus pupilas encontrándose nuevamente; Pepe se libró del agarre de Yayo y salió apresuradamente de la habitación.
Sin palabras.
Sin explicaciones.
Se fue. Dejando una puerta entre abierta y a un muy confundido Eduardo en el interior.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2017 ⏰

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