Cita a Ciego

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-Buenas tardes,desearía hablar con Marta.

-Disculpe,pero ahora mismo se encuentra ocupada ¿Para qué desea verla?

-Pues...un amigo mío hablo a Marta de mí,y ella envió esta carta diciendo que me quería conocer.

-Me extraña un poco ¿Podría enseñarme esa carta?

Saque la nota del bolsillo,y se la dí a la recepcionista del hotel. Estuvo un tiempo callada hasta que al fin empezó a chillarme.

-¡Sera usted cerdo,salga de aquí inmediatamente!

Quise explicarme,pero la mujer no me dejó hacerlo con tanto grito. Salí a toda prisa,sin recordar que en la entrada del hotel había un pequeño escalón. Creo que soy de los pocos que han abierto esa puerta de un cabezazo,según deduje de las risas que escuché.
Con mi ego herido,y sin mi carta,ni mi cita,me dirigí a la parada del tren y regresé a mi pueblo.

La risa de mi amigo Ramón se podía escuchar incluso en el pueblo de al lado.

-Pero hombre ¿Cómo se te ocurre darle la carta?-Decía mientras lloraba de risa.

-¿No me dijistes que en la carta ponía que le agradó mi modo de ser y que deseaba conocerme?

-En realidad,creo que confundí algunas palabras-Contestó mientras estallaba a carcajadas.

-Ramón,yo a ti te mato ¿Qué ponía?

-Nada-Respondió aguantándose la risa-Solo decía que...no eras ciego,y que te ponías esas gafas para ver escotes con disimulo,y si se podía girar para poder tocarle el cu...-Y ya no aguantó más la risa,se tiró al suelo mientras lloraba y reía como un lunático,hubiera sido divertirlo verlo así en el suelo,pero me lo podía imaginar bastante bien.

-Así que lo de la carta era todo mentira.

-Genaro-Respondió Ramón-Ya no se liga así. Nadie escribe cartas ya,ahora todo esto va por internet,iluso.

Bueno terminada esta pequeña anécdota,ocurrida justo el 29 de Febrero de 2012 (que vaya suerte tengo,para un 29 febrero que hay cada cuatro años,y me toca a mí hacer el ridículo,para acordarme otros cuatro años del dichoso día) toca presentarme:

Me llamo Genaro,soy de Tolobosa de Taranco,tengo 35 años y busco novia.

Se me olvida decir que soy ciego,además de tímido,lo que complica un poco eso de ligar.

Tuve dos novias en mi pueblo, la Paca,una mujer desagradable,pero que le caía bien a mi madre, y Jacinta,que era muy simpática,pero a parte de ciego pensaba que era tonto,y que no me enteraba que me ponía los cuernos con el panadero.

Cada vez que iba al bar y me comentaban los ligues de mi Jacinta,me crecían los cuernos medio metro más. No sé cómo era capaz de salir por esa puerta con semejante cornamenta.

Por eso empecé a beber en casa.

Y por eso empecé a buscar pareja fuera de mi pueblo.

Lo malo,es que los ciegos de la ciudad me llevan ventaja: tienen que tener siete sentidos porque si no no me lo explico.

Esquivan las cacas como si tuvieran un radar,y eso que yo llevo bastón como ellos pero siempre acabo con los zapatos llenos de excrementos.

Tienen móviles con voz que dicen qué tecla están pulsando y pueden usar el gps por voz,escribir la ubicación y llegar a donde sea sin perderse.

Son capaces de cruzar semáforos sin peligro,cuando a mí parece que son los coches los que me buscan para atropellarme.

Vamos,que no hay quién se compare.

Ahora,con unos ahorrillos que tengo,nos hemos venido Ramón y yo a buscar mi chica perfecta,que tampoco pido mucho,con que tenga buen carácter y no sea ligera de cascos...

El Amor Es Ciego,y Yo,tambien #ConcursoCrazyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora