Capítulo 22

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Le besé. Le quería, había preparado una sorpresa para mí. ¿Cómo era posible?, todo aquello no parecía real. Le amaba tanto, era tan importante. No podía dejar de besarle y de darle las gracias por aquello.

Álvaro: ¿Te gusta?

Yo: No me gusta, me encanta.

Álvaro: Esto es todo para ti.

Yo: Gracias.

Álvaro: Te quiero.

Yo: Yo si que te quiero. Muchas gracias. 

Álvaro: Gracias a ti por hacerme sentir así. Bueno que te parece que nos sentemos a cenar...

Yo: Esto... Sí.

Me dio un último beso y me ofreció la silla para que me sentase y él lo hizo a continuación de mí justo, en frente.

Yo: Álvaro... es todo tan hermoso.

Álvaro: Gracias, pero lo más bonito de aquí ahora mismo eres tú.

Yo: Álvaro te quiero.

Álvaro: Te quiero.

Mientras cenábamos estábamos hablando de como lo había preparado todo, cómo se le había ocurrido hacer eso, si solo ha tenido unas pocas horas y esto estaba recién preparado...

Yo: Entonces has tenido de compinche a Blas, ¿no?

Álvaro: Pues si, me ha ayudado mucho con todo esto, es mi hermano. De hecho ahora debe de estar contándoselo a los demás lo de esta sorpresa. Mañana van a ser todo preguntas.

Yo: Si se ve que os lleváis todos como hermanos. Todos sois geniales.

Álvaro: Gracias. Espero que te guste la cena.

Yo: Sí, de nuevo gracias Álvaro por esto, es maravilloso.

Álvaro: Solo es algo pequeño para la personita que se ha convertido en lo más importante.

Yo: Álvaro, te quiero.

Se levantó de su silla y se dirigió hacia mi para besarme, yo me levanté parra besarle. No podía dejar de besar esos labios tan irresistibles, eran pura heroína para mí. 

Nos sentamos en el suelo a contemplar el cielo abrazados en una manta en el suelo dándonos un millón de besos. Estábamos bien, pero empezaba a hacer frío y me dijo que si mejor bajábamos a la habitación. Yo no tuve problema.

Álvaro: Empieza a hacer frío, ¿Nos vamos para la habitación?, no quiero que te resfríes.

Yo: Álvaro lo que tu quieras, contigo vivo en un paraíso.

Álvaro: Pues bajamos entonces ¿No?

Yo: Sí.

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