Rachel & Anna

Tres : Golpes.

-Narra Rachel-

-¡Hey Rachel!-Gritó una chica del otro lado del pasillo, llamando la atención de la mayoría.

-Mmm, Hola. -Respondí apretando mis libros sobre mi pecho.

-Hoy daré una fiesta cerca de aquí y como tú y tu amiga son nuevas, supuse que querrían integrarse.

-Oh. No lo sé. No me gustan las fiestas, no es lo mío.

-¡Oh vamos! Además es para que nosotras también nos unamos un poco, no quiero tener una compañera de cuarto con la que no me lleve bien.

-Bien, le diré a Anna, dame la dirección y la hora.

-¡Genial! Ten. -Respondió entregándome dos tarjetas rojas.

-Bueno, gracias, nos vemos. -Dije alejándome.

Tomé mi teléfono, mis auriculares y comencé a escuchar música.

Me acordé de Anna de repente, una canción de su ídolo estaba sonando.
Sorry de Justin Bieber.

Teclee en mi celular y la llamé. Supuse que ya había salido de su última clase.

Atendió al tercer tono.

-¿Ray? ¿Que ha sucedido? -Dijo con la voz agitada.

-¡Ann! Eh, nada que yo sepa, ¿Por qué lo dices? -Respondí preocupada.

-Recibí otra nota. Y alguien me empujó en las escaleras. -Dijo apunto de llorar.

-Nos vemos en la cafetería, ten cuidado. -Corté la llamada y corrí a la cafetería, está situación era muy grave.

Al llegar busqué con la mirada a Anna. No la veía por ningún lado.

Comencé a caminar por la cafetería, estaba preocupada.

De repente, una persona con capucha y vestida de negro, pasó a mi lado corriendo, tirándome toda su comida en la ropa.

Mi camiseta blanca quedó prácticamente naranja. Maldije por lo bajo y corrí al baño.

Una vez en él, encontré a Anna tirada en el suelo.

Sus rulos tapaban su cara, pero la reconocí de inmediato.

-Ann, mi vida, ¿Que sucedió?- Dije poniéndome a su altura.

Al escucharme, Anna sacó el pelo que le cubría la cara. Dejando ver una clara cortada en su labio inferior y en la parte superior de su ceja. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar y tenía la cara hinchada. Me tapé la boca por el asombro y comencé a llorar.

-Te-te tenemos que hacer algo Ann, tengo que llevarte a la enfermería. -Dije agarrándola de los brazos.

-¡No, no, no! No puedes, nos expulsarán.

-¡¿Qué dices?! Te han golpeado Anna, no puedes quedarte de brazos cruzados.

-No lo entiendes. Nathaly me contó lo que hacen con los abusivos. No sólo expulsan al agresor, expulsan al afectado y hacen que no te acepten en otra universidad.

-¡¿Qué?! Eso no decía en el reglamento de la institución.

- Lo sé, es que recién este año lo comenzaron a implementar. Nath lo sabe por su hermana, ella es mayor que nosotras.

-Mira, si es así como dices, debo curarte, vamos a mi habitación.

-¡No! ¿Y si está tu compañera? Nos podría delatar.