Hábitos alimenticios II

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-¡Suéltame maldición!- gritó ofuscado el castaño cuando el mayor le abrazó por la espalda apenas y tocó el pomo de la puerta en un intento por huir, impidiéndole que alcanzara su libertad.

-¿Por qué? Quiero a Kyuhyun-ah- dijo mientras sentía al menor removerse entre sus brazos como si estuviera en brazas calientes, en un intento por zafarse.

-No pienso dejar que me hagas algo de nuevo, por tu culpa ayer Sungmin me miró de manera extraña, ¿crees que no sé qué significa?- se quejó –estoy seguro que nos escuchó- y no dudaba que no lo hubiera hecho, sobretodo cuando por culpa del mayor gritó hasta casi quedarse mudo porque el muy idiota tocaba constantemente esa parte de su interior que lo hacía perder la cordura.

-¿Y qué?- soltó al no saber por que hacía tanto alboroto, no es como que fueran las únicas personas que hubieran tenido sexo alguna vez.

-¿Y qué? ¡¿Y qué?!- repitió molesto –eres un pervertido maldito cabezón- refunfuñó –el departamento está lleno de personas y tú quieres... repetir lo de ayer- una parte de él o bien, toda su mente estaba un poco confusa al ser consciente de que se había acostado con un hombre, pero no cualquier hombre, sino el hyung extraño del grupo, incluso aunque hubiera aparecido en sus pensamientos en un momento de locura acostarse con alguien de su propio género, dudaba que hubiera pensando en dejar que alguien como ese torpe se lo llevara a la cama, al menos habría elegido a alguien diferente y él no habría estado abajo.

-¿Así que me estás diciendo que si fuera en cualquier otro lugar estaría bien?- preguntó y dibujó una sonrisa.

-N-no, ¡yo no dije eso!- respondió a la defensiva, aunque no había podido dejar de pensar en su encuentro con el moreno el día anterior a pesar de que nunca le había sucedido cuando estuvo en la misma situación con alguna mujer.

Había disfrutado mucho más tener sexo con Yesung y le costaba admitirlo.

-¿A quién tratas de engañar, Kyu-ah?- lo cuestionó –aunque al principio me quisiste apartar y me maldijiste, me respondiste los besos y tu linda voz... dijo que siguiera cuando empecé a tocarte o ¿repentinamente tienes amnesia?- recordó la mirada confundida del menor que mostraba cierta resistencia a decir que lo disfrutaba, pero luego de un par de caricias y varios besos este había terminado por ceder para seguir la corriente y permitirle llegar más lejos, permitiéndole invadir su boca y su cuerpo como nadie lo había hecho.

-Eres un idiota- lo maldijo -¡hyungs!- y el moreno le cubrió la boca con la mano para que no siguiera gritando, no quería a los demás escuchando conversaciones que solo le concernían a el y al menor.

-Quiero comerte de nuevo... ¿puedo?- el menor se sonrojó y sintió un beso en la mejilla –me gusta Kyu-ah- agregó y dejó su boca libre para poder escuchar su respuesta.

El menor era realmente irresistible, le gustaba su terquedad y su mirada de desafío, y aunque parecía delgado, su cuerpo era perfecto y delicioso como un dulce.

-No lo repitas hyung... es vergonzoso- dijo al recordar que la noche anterior el pelinegro había dicho lo mismo luego de que ambos hubieran alcanzado el orgasmo.

-No tienes por qué avergonzarte por haber estado con un hombre por primera vez, sabes que soy tu hyung y no haría algo para lastimarte- recordó el pequeño sonrojo que empañó la piel del maknae al confesar aquel dato cuando iba a prepararlo para recibirlo y no pudo evitar sentir que su ego aumentaba, y es que el menor rara vez se mostraba como un niño inocente y que fuera quien lo tomara por primera vez le hizo disfrutar aun más el hecho de esmerarse en hacer que sintiera el menor grado de dolor posible antes de unirse a él de una manera en que nadie había hecho.

-Mi trasero no piensa lo mismo- se quejó, aunque sus mejillas estaban coloreadas ligeramente por la facilidad en que el mayor soltaba estupideces vergonzosas.

Yesung se había empecinado con la tarea de disfrutar su encuentro y al final terminó con un dolor en la parte baja que se preguntó cómo podían soportar los sujetos que estaban abajo en aquel tipo de relaciones, aunque no negaría que solo fue consciente de él cuando despertó por la mañana y sintió que su cuerpo estaba molido.

-Ah... ¿por eso estás de mal humor?- preguntó de forma un tanto inocente que no concordaba con su edad ni su mente pervertida.

Había olvidado que podría suceder aquello, en especial porque nadie le había dado a Kyuhyun en ningún momento de su vida y se dijo que debía tener un poco de cuidado extra la siguiente ocasión, después de todo no quería que su pequeño se sintiera mal.

-Cállate y déjame i...- sintió los labios del mayor presionar con cuidado la piel de su cuello y sus palabras se esfumaron, todavía le seguía pareciendo extraño que una de las personas que hasta hace casi nada era un amigo y compañero suyo en el grupo donde ambos cantaban, estuviera haciendo ese tipo de cosas que solo debía hacer con mujeres o con alguna pareja, con él.

-Lo siento, es solo que lo estaba disfrutando... no recordé que te dolería porque era tu primera vez- susurró contra su piel mientras seguía repartiendo besos y sonrió al escuchar al menor suspirar.

-Solo... solo no lo hagas muy fuerte- dijo en un tono demasiado bajo como si no quisiera que el pelinegro lo escuchara y sintió al mayor aflojar su agarre, para luego ver a este ponerse frente a el.

¿Para qué se negaba? Su cuerpo parecía excitarse simplemente al escuchar el tono grave de su voz, sobretodo cuando su mente conspiraba en su contra y le traía varias imágenes a la cabeza donde su cuerpo se sacudía ante cada nueva embestida por parte del mayor mientras ambos dejaban que sus palabras se transformaran en sonidos sin sentido.

-A pesar de lo que digan los demás, eres un maknae muy lindo- sonrió y antes de que pensara en besarlo la puerta se abrió.

-¿Pasó algo?- ambos giraron y vieron al líder en la puerta con una expresión de preocupación –escuché como si algo se hubiera caído, pensé que había sucedido algo... ¿por qué estás en la habitación de Kyuhyun-ah?- agregó al final al ver al mayor ahí.

-Ah, eso, Kyuhyun-ahe me estaba regañando por lo de los dulces- y Leeteuk enarcó una ceja porque sabía que había dos personas a las que les valían un comino las cosas en el grupo o lo que dijeran las personas y esas eran Heechul y el maknae, así que eso resultaba extraño -dongsaeng me estaba diciendo que era estúpido de mi parte actuar como un idiota por el castigo- agregó al ver la cara de "no me lo creo" del líder.

"Eso si suena como Kyuhyun" pensó el mayor de los tres -¿es cierto?- preguntó viendo al castaño.

-No- respondió sin pensarlo.

-Bueno, él utilizó otras palabras, pero no me siento cómodo repitiéndolas...- inventó y Leeteuk le llamó la atención al menor antes de decirle que no se fuera a trasnochar demasiado y que ambos fueran a dormir porque luego los demás se quejaban si los despertaban en la noche, y que si iban a utilizar una consola no subieran mucho el volumen ni fueran a golpear cosas.

Vio al mayor cerrar la puerta luego de salir y volvió la vista a su problema con cabellos negros -bien, ya escuchaste al líder, ahora vete de mi habitación y déjame dormir...- apenas terminó de hablar y los labios de Yesung atraparon los suyos de forma demandante, para luego sentir su espalda chocar contra la pared mientras era acorralado.

-No subas mucho la voz- susurró sobre sus labios antes de sonreír ladino para empezar a besar su cuello al tiempo que comenzaba a acariciar sus caderas.

-Eres un mentiroso y un degenerado- soltó con reproche al recordar la mentira que le había inventado a Leeteuk, aunque si era algo que el le hubiera dicho a ese maldito hyung amante de las tortugas.

-Dulce... sabes dulce Kyu-ah-

-Se siente raro hyung, es mejor que... ¡ah!-

-La ventaja de estar con un hombre es que sabe que puede gustarte...- le murmuró a un lado de la oreja mientras lo masturbaba.

-No me gustan los hombres- murmuró mientras cerraba los ojos y sus dedos se clavaban en los hombros del mayor debido al placer que recorría su cuerpo cada vez que la pequeña mano de Yesung se deslizaba por su extensión de forma tortuosa.

-Creo que debo diferir... ¿o no parezco un hombre?- preguntó y le dio una pequeña mordida en el hombro como castigo, mientras sentía el miembro del menor ponerse duro en su mano.

-Mng... tu eres diferente, no me hagas decirlo hyung- murmuró sintiendo el calor agolparse en su cuerpo.

-¿Por qué soy diferente?- la camiseta del pijama cayó al suelo -¿por qué?- un cuerpo menudo se desplomó en un colchón -¿por qué, Kyu-ah?- y el resto de la ropa abandonó su cuerpo, dejando su piel blanquecina expuesta al igual que cada parte de su cuerpo sin pena alguna mientras un cuerpo se posicionaba amenazador sobre el suyo –dime...- susurró levantando la barbilla del menor con su dedo índice luego de deslizarlo por el cuello de este, para que lo viera a los ojos.

-Eres...- sus párpados comenzaron a bajar al ver al mayor aproximarse -eres especial hyung- y sus labios fueron cubiertos por los del moreno.

Nunca en su vida había visto a otro hombre con otros ojos ni se preguntó alguna vez qué se sentiría estar con uno en la intimidad porque la simple idea le parecía descabellada y que no tenía pies ni cabeza, pero ahí estaba de espaldas en su cama pidiendo más contacto al cuerpo del más bajo, contradiciéndose a si mismo en más de una forma.

Su cadera buscó más contacto mientras una lengua jugueteaba con la suya y se dijo que de nada servía cuestionarse ni reclamarse nada, él había cedido, él era el que había permitido que el mayor avanzara más de la cuenta luego del primer signo que le decía que no era correcto permitirle a un hombre, a ese hyung que lo besara, pero lo había disfrutado más de la cuenta y se recordó a si mismo buscando los labios del mayor cuando le abandonaron luego del primer roce.

"Yesung" pensó, ¿su cuerpo siempre lo había anhelado? Se preguntó al ver la forma tan rápida en que reaccionaba al mínimo roce y recordó una de las últimas ocasiones en que había tenido sexo con alguien, aquel cuerpo menudo y femenino no le había encendido de la misma manera en que hacía el mayor e incluso nunca se había sentido tan excitado a pesar de buscar alcanzar el orgasmo con una mujer como hacía al solo escuchar a su hyung decir que quería tocarlo, que lo deseaba.

-Te quiero hyung- jadeó con los ojos vidriosos mientras sentía los labios del mayor dejar pequeños besos en su pecho.

-¿Kyu-ah?-

-Te quiero...- repitió y unos ojos negros se posaron sobre los suyos.

-¿Por fin te diste cuenta?- preguntó mientras acariciaba su mejilla en un gesto cariñoso –pensé que nunca lo harías... siempre te molestabas cuando alguien me abrazaba, cuando me acercaba a Donghae o Ryeowook... decías que era estúpido, te burlabas de mi, pero nunca lo decías enserio, no tenías esa mirada llena de seguridad de siempre... ¿nunca te diste cuenta que buscabas mi cercanía?- y Kyuhyun rememoró todas aquellas ocasiones en que molestaba a los demás y fingía sentirse molesto por sentarse a un lado de Yesung, aquellas ocasiones en que fastidiaba a los demás para ahuyentarlos y quedarse a solas con él mientras los demás caminaban al frente -¿por qué te esforzabas tanto en hacer que comiera tus dulces, cuando todos saben que no te gusta compartir toda esa basura deliciosa que compras con el dinero que te ganas quebrándote la espalda en constantes ensayos para los musicales? ¿Por qué solo yo?-

-Cállate... es vergonzoso- dijo y sus brazos se enredaron alrededor del cuello del mayor para atraerle y comenzar un beso.

Quizás el mayor tenía razón.

Yesung sonrió antes de seguir el ritmo y disfrutó aquel delicioso roce lento entre sus bocas, un beso mucho más especial que el primero que habían tenido.

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-Yesung-ah, manager ya te levantó el castigo, puedes volver a comer todas las cosas con azúcar que quieras siempre y cuando lo hagas con moderación- dijo el líder luego de entrar a la cocina y ver al menor servirse un café negro cargado sin endulzar.

-Realmente no las necesito, me di cuenta de que no son para mí...- vio a Kyuhyun pasar y sus ojos negros no pudieron evitar seguirlo mientras lo veía abrir el refrigerador para sacar el cartón de jugo –encontré algo mejor- agregó y volvió su vista al líder.

-¿Mejor?- sonrió -¿y se puede saber qué es?-

-Hacer ejercicio...- respondió llevando la taza a sus labios para salir de la cocina, antes de que el líder quisiera seguir con su interrogatorio.

El mayor vio al menor de cabellos negros desaparecer y solo suspiró, a veces no lo comprendía del todo, pero así eran sus menores, todos tenían sus momentos extraños o agarraban manías alguna vez en lo que iba del año.

-¡Agh!, hyung, ten cuidado- se quejó frunciendo el ceño cuando el más bajó chocó contra el cuando este estaba buscando un par de cosas en las alacenas arriba de la estufa para ver qué se preparaba para desayunar.

-Lo siento, ¿te lastimaste?-

-No es nada, es solo que Yesung hyung se quedó jugando conmigo hasta tarde y me golpeó cuando estábamos jugando con el kinect un partido de tennis...- bueno, en tennis se usaban muchas partes del cuerpo, podría ser una buena coartada.

-Ya les he dicho que mejor jueguen en la sala cuando usan ese aparato, incluso el instructivo dice que tienen que jugar en un lugar espacioso-

El menor asintió –está bien, la próxima vez que juguemos le diré a hyung que lo hagamos en la sala-

-Pero que sea cuando nadie este viendo la televisión o no estén los otros miembros porque ya ves que todos quieren ocupar lo mismo al mismo tiempo- ya había hecho de juez en ocasiones anteriores por situaciones así, a veces parecían unos críos.

-Claro, te prometo que lo haremos cuando no haya nadie para no molestarlos con los sonidos y esas cosas-

Leeteuk le sonrió y salió de la cocina con un vaso con jugo, y detuvo sus pasos para luego voltear lentamente a la derecha al sentir la presencia de alguien más. Kyuhyun y Yesung se miraron y ambos dibujaron una pequeña sonrisa antes de tomar su rumbo cada uno, era mejor mantener lo suyo en secreto por un tiempo, hasta estar seguros de que no podría causarle un infarto a cierta omma o quizás deberían soltarlo uno de esos días que se pusiera histérico y que nadie pudiera hacerlo callar.


Hábitos alimenticios  {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora