Fin

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Las manos no paraban de temblequearle y hasta cierto punto estaba sintiendo incomodidad cuando los orbes oscuros se posaban en sus labios gruesos, siempre había tenido ese pensamiento de desprecio hacía sus labios por el grosor y color de estos, significaban un grande problema, para empezar porque era imposible de ignorarlos cuando básicamente estos cubrían la mayor parte de su rostro, segunda porque eran bonitos y abultados lo que se hacía sensual para mucha gente, no para él. Ahora el tener que aguantar esas miradas que le lanzaba Danson a solo unos centímetros de distancia le inquietaban, pero sabía que no podría retirarse hasta haber acabado hasta el último bocado de ese plato de frutas, había sido consciente en pedir algo ligero y salir de ahí tan pronto pudiera, pero a pesar del diminuto tamaño del plato, los minutos con él se le hacían eterno y la comida inacabable.

— Pareces nervioso – menciona este, tomando de improviso sus manos –

— No acostumbro salir con desconocidos – aparte de inmediato las manos, llevándolas hasta su vientre dejándolas reposar ahí –

— Pero si ya conoces mi nombre –

— ¿Y eso que? No conozco nada de ti, no sé de dónde eres, a que has venido aquí, en que trabajos, en fin.. es mucho por lo que debería de pasar antes si quiera de haber aceptado la cita y no quiero que me mal entiendas con esto, no estoy aquí porque espere "eso" de ti, en realidad no tengo a donde quedarme, mi habitación digamos se encuentra... - lo piensa unos segundos, no sería conveniente mencionarle nada sobre MinHo – esta indispuesta –

— Ya veo.. ¿y quieres quedarte en mi suite? –

— ¿Qué? No, no me refería a eso. Simplemente quise aclarar porque acepte venir a cenar contigo, momento.. ¿has dicho suite? –

— Exactamente. He venido aquí para quedarme un mes, necesito un tiempo lejos del horrible frío de Berlín –

— Berlín... ¿Quiere decir que vives en Alemania? –

— Es correcto, usualmente no suelo tener vacaciones, en realidad solo salgo cuando verdaderamente quiero relajarme, esta es una de esas ocasiones – sorbe de su bebida, sonriendo amable a la mueca asombrada de TaeMin –

— ¿Entonces eres de esos trabajadores extranjeros temporales? – En realidad no quería saberlo pero le picaba la curiosidad, no tenía ese mal hábito de andar cuestionando todo pero hasta ese momento Danson no le había parecido tan interesante –

— Yo no lo llamaría así, llevo trabajando en una empresa por más de cinco años, por lo que podría decirse que ya no tengo nada más que hacer en Asía –

— Maldito niño rico – refunfuña encogiéndose en su lugar –

Danson le sigue con una leve carcajada, mirándole apacible, le parecía tierno el puchero que se formaba en los labios gruesos de esté, se veía tan apetecible a ojos de cualquiera.

Pero esos labios solo le pertenecían a ese engreído intento de futbolista.

— Bueno, al menos puedo decir con orgullo que ya me consideras tu amigo –

— ¿Quién ha dicho eso? – levanta una ceja confundido –

— Has mencionado antes que necesitabas saber de dónde venía, como me llamo, porque estoy aquí y bueno.. he dicho más de la cuenta, supongo que merezco un reconocimiento al menos, ¿no crees? –

— No te apresures, Danson, tampoco es para tanto – termina la última pieza de fresa y se levanta, dejando bien acomodados los cubiertos –

— ¿Pero puedes intentarlo, no es así? – le persigue hasta fuera del restaurant luego de dejar el número de cuenta de su tarjeta –

Invisible #2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora