Camina hacia el futuro

Frederick Fabian Weasley

(Usaré "Fred" para el gemelo de George y "Freddie" para su hijo)
- Hola, hola gente del pasado... Prepárense para conocer a la persona más genial de toda la tercera generación.- dice el encapuchado.
- Oye canuto, preséntate a ti mismo, no tienes que dar mi introducción.- dice otro encapuchado.
Harry, el profesor Lupin y los gemelos se quedaron anonadados al escuchar el apodo de canuto.
- Oh cállate cornamenta, sabes que de los dos, yo soy más genial que tu.- dice el aún encapuchado.
Harry y Remus empiezan a toser en cuanto se menciona el apodo que, en sus años mozos, perteneciera a James Potter.
- Sueñas Freddie, recuerda quien es mi padre.- dice "cornamenta".
Los gemelos se miran entre sí... Creen ya saber quien es el que está parado al frente y están shockeados porque probablemente George tendrá un merodeador en su descendencia.
- ¡James!... Me has arruinado la sorpresa.- dice Freddie.
- Lo mismo que tu acabas de hacer mi hermano del alma.- dice un melodramático James.
- Bueno, me presento... Mi nombre es Frederick Fabián Weasley.- dice el chico quitándose la capucha.
El joven que estaba delante de todos era exactamente igual a los 2 Weasley cuyas quijadas estaban en el suelo.
- Sí, lo se... Estoy totalmente clavado a mi padre.- dice el chico.
- Definitivamente eres hijo de George.- dice Fred.
- Exacto tío Fred, mis padres son George Weasley y Angelina Johnson.- dice el muchacho.
- No se porque tengo la sensación de que ya lo sabía.- dice Fred
Los futuros padres de Freddie se pusieron totalmente colorados.
- Bueno, hablemos de mí... Tengo 16 años, soy Gryffindor.- toda la mesa escarlata aplaudió.
- Gracias, gracias... Soy golpeador en el equipo de mi casa junto con Lorcan, cuando crezca estoy deseando con todo mi corazón dirigir por lo menos una de las sucursales de Sortilegios Weasley.- los gemelos chocan los cinco bajo la mesa.
- Mis padrinos son Lee Jordan y Katie Bell.- dice el chico.
- ¡Son unos muy malos amigos!¿Cómo es posible que él sea el primogénito y yo no sea su padrino?- dice Fred.
George y todos los demás están totalmente consternados y esperan una explicación.
Victoire, Dominique, Louis, Molly, Lucy y siete encapuchados más se pusieron alrededor de Freddie y este respiró hondo preparándose mentalmente para lo que iba a decir.
- Seguramente se pregunten la razón de que estemos aquí... Creo que llegó el momento de dar una de las razones principales de que hallamos venido.- dice Freddie forzándose para que no se le quiebre la voz.
- El que nos envió a este tiempo fue nada más y nada menos que George Weasley, mi padre, aquí presente.- todos los pelirrojos voltean a ver al mencionado.
- En la batalla de Hogwarts, no solo Teddy perdió a sus padres... Todos los que estamos aquí enfrente de ustedes, perdimos a un tío que queremos mucho, aun sin haberlo conocido.- dice Freddie antes de que finalmente se le quiebre la voz.

El grito ensordecedor de la matriarca de los Weasley solo se ve opacado por el aullido de dolor del gemelo que ahora sabe que perderá a su otra mitad.

William y Charles tratan de calmar a sus padres aun resistiendo su propio dolor; Percy derramaba lagrimas silenciosas mientras abrazaba a sus dos hermanos menores; Ginny era consolada por un Harry que también lloraba y Hermione, por alguna razón consolaba a un hipeante Ron... El único que no lloraba allí era Fred; solo tenía una expresión de shock en su rostro.
- ¿Cómo pasó?.- pregunta Fred saliendo de su ensimismamiento.

- En el pasillo del séptimo piso se hallaban tú, tio Ron, tio Percy, Harry y Hermione. Estaban peleando con un par de mortífagos, a tio Percy se le ocurrió bromear y se distrajeron, poco después Dolohov ocasionó una explosión en la cual perdiste la vida.- dice Victoire con lagrimas en los ojos.

-Y según lo que nos cuenta papa, falleciste con una sonrisa en los labios.- dice Lucy.

-Todos sufrimos mucho, pero nadie más que tio George, tio Percy y Harry.- dice Dominique.

Todos se quedaron callados, solo se escuchaban hipos de los Weasley que terminaban de calmarse.

- Mi padre nos envió aquí con la misión de informar acerca de las muertes que podían evitarse, como en este caso la de tio Fred y los padres de Teddy.- dice Freddie.

- Tal vez piensen que es egoísta, pero nosotros que hemos visto llorar a mi padre por años el día 2 de Mayo, sabemos que esto podría ser de vital importancia para evitar sufrimientos innecesarios.- dice un encapuchado.

- Cierto, a pesar de que mamá le dice que no fue su culpa, no puede dejar de sentir que él es responsable de que Teddy esté sin padres y George no tenga a su gemelo.- dice otro encapuchado.

Todos reflexionan lo que acaban de escuchar, se hace un silencio aplastante hasta que Fred lo rompe.

- Lo evitaremos, ahora que ya sabemos lo que pasará en el futuro procuraremos tener más cuidado.- Lupin y Tonks asienten demostrando que están de acuerdo.

- Bueno, entonces creo que será mejor que continues Freddie.- dice un encapuchado tallándose la cara.

-Tienes razón James, debo seguir.- dice Freddie, limpiándose el rostro y aclarándose la garganta.

Todos los que pasaron al frente fueron a sentarse dejando a Freddie como estaba al principio.

- ¿En qué me quedé?.. Ah sí, tengo novia, se llama Alexandra... Mi materia favorita es encantamientos, mi patronus es un labrador, soy parte de la segunda generación de los merodeadores...- dice Freddie, pero se ve interrumpido por su padre.

- ¿En serio?.- dice George con los ojos brillantes.

- Sí papá, yo soy canuto y como el canuto original soy animago...- dice Freddie con una sonrisa.

Fred y George se abrazan mirando al chico con orgullo, mientras que Lupin lo mira con una nostálgica sonrisa preguntándose quién tomaría su puesto en esta generación.

- Pero... ¿Son animagos ilegales?.- pregunta Hermione.

- No, de hecho en nuestro tiempo mientras se lo notifiques a un profesor es valido.- dice Freddie mirando a Neville.

- Oh, pues qué alivio.- dice Angelina destensándose.

- Sí, bien ¿Alguna pregunta?- dice Freddie.

Nadie dice nada.

- Entonces que pase mi hermano de otra madre... El gran cornamenta.- dice señalando a un encapuchado mientras este se pone de pie.