— No, no pienso hacerlo, este pedido es una estupidez, una pérdida de tiempo — se quejó el peliverde, quien ya se encontraba al borde de la desesperación.
No podía creerlo, ¿cómo es que un mago de su categoría había terminado en semejante lío? Era absolutamente inaceptable, un insulto hacia sus capacidades.
— ¿Ya estás preparado, Freed- kun?
— ¡No, claro que no! — exclamó avergonzado, girándose con demasiada energía —. ¿Cuántas veces debo decirle que soy un chico?
— Oh, cariño, comprendo que estés nervioso, es tu primera vez, pero las chicas estarán encantadas de asesorarte. Ellas son todas unas veteranas, no tengas miedo en acercarte. No van a comerte.
Freed Justine; mago rúnico, capitán de la guardia personal de Laxus Dreyar -los Raijinshuu- miembro destacado del famoso gremio Fairy Tail, e indudablemente, de sexo masculino. ¿Cómo alguien de su posición había terminado dentro de aquel ridículo vestido? ¡Si es que parecía un chiste, el inicio de una historia barata!
Sí.
Lo encontraba degradante, al menos para él, y para cualquiera que se viera envuelto en su misma situación, por nada del mundo saldría así en público. Antes, antes prefería la muerte. Todo y que respetaba a quienes disfrutaban haciéndolo.
Y es que, el simpático hombrecillo que requirió de sus servicios, olvidó por completo comentar que aquel uniforme, iba tanto para chicas como para chicos. Las reglas aplicaban de la misma forma en ambos sexos, o al menos, eso fue lo que Freed entendió.
— Oh, vamos, eres el único que aún no ha salido, incluso Lax -kun está haciendo su parte del trato, y me costó muchísimo menos convencerlo.
El peliverde casi se ahogó.
— ¿Cómo dice?
Y es que era imposible.
Freed no podía creer lo que escuchaba, ¿acaso Laxus se había vuelto loco? Pues no veía otra salida, no conociéndole como le conocía. El sólo imaginarle dentro de un vestido parecía menos posible que cualquier cosa.
— Y debo añadir que le sienta realmente bien, se mostró un poco reacio al principio, pero al final terminó aceptando... Dijo algo de necesitar el dinero para la reconstrucción de un sitio — asintió, meneándose exageradamente.
El pequeño y regordete hombre, Puppy, dueño del bar y reina de la noche, les había rogado por ayuda, pues necesitaba lindos rostros para atraer clientela.
— Si Laxus aceptó salir de este modo, no me queda otra opción, también tendré que hacerlo— sus ojos se cristalizaron, maravillados por la decisión de su compañero —. Ese es nuestro Laxus, dispuesto a hacer cualquier cosa por el gremio.
— Eh, espera, no...
Puppy intentó explicarle, pero el enternecido peliverde no le escuchó, simplemente secó sus lágrimas y salió de los vestuarios, murmurando grandezas y destilando estrellas, sin prestar atención a sus advertencias.
— Oh, cariño — murmuró ofendido, imaginando la reacción del chico —. Luego no vengas diciendo que no intenté advertírtelo.
Freed por su parte, ignoró por completo las miradas de la gente -que no eran muchas- pues su mente estaba completamente centrada en Laxus, a quien por cierto, no veía por ningún lado.
ESTÁS LEYENDO
¡Él me pertenece! (Fraxus)
ФанфикDos idiotas, un amor, y un silencio que ninguno de ellos ha roto. ¿Qué tendrá que pasar para que alguno de los dos admita sus sentimientos? - Min_Irresponsable.