Era sábado por la mañana, el pequeño Louis había decidido despertar temprano y asegurarse de que su padre no empezará a beber. Quería que aquel día fuera bueno, sabía que tan importante era para Harry aquella comida con su padre, pero para eso necesitaba de Troy sobrio.
Termino de vestirse y al salir, su padre se encontraba dormido sobre el sofá.
—Papi... —susurró removiéndolo un poco, la emoción de lo que pasaría aquel día era realmente grande.
Troy soltó un gruñido, removiéndose en el viejo sofá del cual algunos resortes resaltaban de lo viejo que era. Louis volvió a removerlo, muy bien sabía que debía ser cuidadoso al despertar a su padre, de otra forma el hombre despertaría agresivo y descargaría su ira con el único ser indefenso cerca, su propio hijo. Un par de movimientos más y el hombre logró parpadear un par de veces, hasta que finalmente despertó. Abrió aquel par de ojos idénticos a los de su hijo, azules cual mar, mientras la imagen se hacía clara.
—Papi, es hora de ir a lo de Harry —la vocesita de Louis sonó bastante soñadora, como la mayoría de las veces.
Aquello era lo más increíble de Louis, a pesar de los tratos de su padre, el que le culpada de haber matado a su mamá y el que su mejor amigo sufriera de defecto congénito del corazón siempre veía las cosas de una forma positiva. Con sus ojitos brillosos y sonrisa que terminaba en un par de arruguitas a cada lado de sus ojos.
El mundo no se merecía a Louis.
»»»
—Des, esa es muchísima carne. Sabes que Harry no puede comer demasiado, su dieta... —el rizado no oía a sus padres, los cuales como siempre, discutían acerca de lo que podía hacerle daño y lo que no. El problema radica a en que Anne era increíblemente protectora con su pequeño de ojos esmeralda, tanto, que llegaba a exagerar.
—Dios, Anne, deja de estar jodidendo por un día en tu vida —gruñó el progenitor de Harry, había comprado exactamente todo lo que la mujer le había pedido y al parecer aquello no era suficiente.
Los dejó de oír cuando visualizo a Louis, corriendo hasta el lugar mientras su padre lo seguía de cerca con una caja llena de cervezas. Era lo único que llevaban.
—¡Harry! —gritó Louis justo cuando llegó frente a él, tirándose encima suyo.
—¡Llegaste justo a tiempo! —gritó el chico mientras tiraba del castaño, el cual sólo alcanzó a mirar por el rabillo del ojo a su padre. Este no había perdido el tiempo, puesto que ya llevaba una botella abierta en las manos.
Harry tiraba de él, estaba con una sonrisa de oreja a oreja que Louis juraba que jamás la había visto. Jamás.
—¿A dónde me llevas, ricitos? —preguntó algo confundido, comenzaban a alejarse bastante de la playa.
—Quiero enseñarte algo, cállate. —fue lo único que respondió.
Harry llevó a Harry directo al bosque, sin detenerse un solo momento. Ignoraba por completo las preguntas del ojiazul, el cual comenzaba a asustarse de la lejanía de la que se encontraban de sus padres, seguramente al volver no les iría nada bien. Louis se encontraba tan sumido en sus pensamientos, que Harry había desaparecido entre los árboles. Su ceño de frunció, incluso más de lo que su cuerpo había reaccionado por instinto.
—¡Harry! ¿Dónde estás?!
—¡Por acá! —escuchó la respuesta al final, donde el camino de árboles y plantas cesaba, dándole pie a la nada por lo que Louis se apresuró hasta llegar a Harry, al cual encontró de pie, sin su camisa y lo único que llevaba era su traje de baño.
La imagen que tenía frente a sus ojos no era la más grata. Estaban en un acantilado, con Harry prácticamente al borde. Un movimiento en falso y el rizado caería al abismo, donde se perdería en el fondo del mar.
—Quiero saltar —susurró el ojiverde, su vista se mantenía fija en el mar bajo a sus pies el cual cubría grandes piedras a bastantes metros debajo de su pequeño cuerpo.
—Harry, no... —Louis tragó en seco, acercándose a pasos lentos.
—No lo haré, tonto —soltó con una sonrisita algo burlona, dándose cuenta de la tranquilidad que le había dado a Louis con tan solo tres palabras— Pero sería una buena forma de morir.
»»»
El camino de regreso estuvo lleno de burlas por parte de Harry, donde sostenía que Louis se hubiera orinado en los pantalones si él hubiera dado mal paso. Estaban nuevamente en la playa y sus padres, no habían siquiera notado la larga ausencia de los pequeños.
—Vayamos a aquel muelle, quiero que saltemos.
Harry se levantó de la arena y se sacudió, al igual que Louis. Saltar de un muelle era mil veces mejor que hacerlo desde un acantilado. A veces creía que Harry no estaba lo suficientemente cuerdo, ya que aquel salto que su amigo ansiaba sería un suicidio... ¿Acaso Harry quería morir?
No, claro que no.
Corrieron juntos, mientras las pequeñas manitas de Louis empujaban el pecho de Harry, en un intento para dejarlo atrás y llegar antes a la orilla. Siquiera lo pensaron, tan solo sus miradas se unieron por al menos dos segundos, para después saltar y caer al mar, perfectamente seguros.
Louis salió antes que su amigo, siempre era así. Movia sus brazos y piernas en el agua para no hundirse, esperando a que el rizado saliera también. Pasaron un par de segundos. Y otros más. Y un par más.
Harry no salía.
Louis comenzó a preocuparse, pero Harry siempre solía hacer eso. Una vez casi tardó dos minutos para matar de un susto a Louis, mientras esté lo llamaba desesperado. Louis no caería esta vez.
—Muy gracioso Harry, pero sal ya —soltó una risita, buscándolo entre el agua y lo curioso era, que no se veía rastros de él.
No tenía un reloj, pero podía calcular que Harry ya llevaba más de un minuto dentro.
—Harry esto no es gracioso, ya sal —si hubiera podido, sus brazos se hubieran cruzado y ahora mantendría un puchero entre sus labios, pero no podía. Comenzaba a asustarse.
Dos minutos.
—¡Harry sal ya! ¡Esto no es nada divertido, es estúpido! —chilló, para después tomar una bocanada de aire y hundirse en las profundidades del mar. Abrió los ojos, buscando a su mejor amigo. Nada.
El pánico comenzó a apoderarse de él, ¿cómo había desaparecido? Estaban prácticamente en la orilla del mar, la zona más segura para un par de niños. Nadó un par de metros, mientras miraba de un lado a otro y todo estaba igual, sin un rastro de Harry.
Decidió salir del agua. Correr, correr como si su vida dependiera de eso, aunque no era la suya, el que corriera dependía de la vida de Harry.
—¡Anne! —gritó, para aquel momento Louis ya lloraba, sus ojos azules resaltaban con lo rojizo de sus globos oculares—. ¡Harry no está!
—¿Qué? ¿Cómo que Harry no está?! —gritó, soltando el plato de ensalada de sus manos, el cual se quebró en mil pedazos, cada uno esparcidos en el suelo.
—Saltamos del muelle, como siempre lo hacemos y cuando salí el no salía, pensé que estaba jugando conmigo pero cuando lo busque no estaba y...
Anne tomó de los cabellos a Louis y emprendió camino al muelle, seguidos por Des, el cual le gritaba a la mujer por qué soltara al pequeño.
Louis tan solo gritaba porque lo soltara.

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WILD ➳ l.s
FanfictionSiendo amigos desde la infancia, Harry y Louis convierten aquello en el amor más puro que puede existir entre dos personas. Pero la opinión del padre de Louis es diferente, luego de que encuentra a su hijo teniendo relaciones sexuales con el hijo d...