Eras alegría.
Eras mis historias de fantasía.
Eras café dulce y azucarado.
Eras mi heroína.
Lo eras todo.
Pero las flores se marchitan.
Los cigarros se consumen.
Las velas se apagan.
Y tú te marchitaste, te consumiste, te apagaste.
Me dijiste que la muerte siempre gana y que por eso nos da una vida de ventaja.
Que nadie volvía de la muerte, por lo tanto tan mal no debía estar ¿no?
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Tres terrones de azúcar y una taza de café
PoésieEras dulce. Siempre le echabas tres terrones de azúcar al café. Ahora que ya no éstas el café se vuelve amargo. ¿Donde éstas? ¿En un lugar mejor?