Kimberly's POV
Después de haber terminado mi pequeña "junta de negocios" con mis hermanas, decidí regresar a casa. Aún faltaban varias horas para que la jornada estudiantil acabase, pero lo que estaba por venir era aún más importante. Regresé a la escuela únicamente por mi moto y así abrirme paso por las, poco transitadas, calles que me llevarían a la casa de los Smith.
Lo primero que hice al llegar a casa fue ir al patio trasero. En él, se encontraba un pequeño almacén en donde guardaban cosas de jardinería, las herramientas, el asador, etc. Vigile que nadie estuviera cerca y moví un tapete que había debajo del asador; teclee una contraseña y el pequeño compartimiento se abrió, dando paso a una gran bóveda en donde había gran variedad de armas.
Baje por las escaleras que habían antes de llegar a la bóveda. Me pasee por los estantes que contenían deferentes tipos de armas: cuchillos, granadas, explosivos, pistolas de diversos tamaños, armamento, etc. Una sonrisa se abrió paso al recordar grandes momentos que viví junto a mis hermanas... Sabía que estaba mal, pero una parte de mi extrañaba a la vieja Kimberly. Me era difícil no extrañar las diversas misiones; el infiltrarse en lugares para conseguir información; matar objetivos; los entrenamientos, todo lo extrañaba. Un ruido cercano hizo que saliera de mi en trance. Me apresuré a salir de la bóveda y asegurar el escondite de esta.
-Kim- el señor Smith había llegado antes-, ¿creí que estabas en la escuela?- preguntó apoyado en el marco de la puerta.
-sí, pero los últimos profesores no llegaron -mentí- y decidí volver antes porque creo que algo le está fallando a mi moto.- el señor Smith no dudó en lo que había dicho después de ver las herramientas que tenía en mis manos.
-¿necesitas ayuda?- conocía la mirada y la sonrisa de lado que vino después de su proposición. Él quería ayudar.
-claro.- sonreí de regreso.
Al principio fue difícil que todos nos acopláramos a la idea de que hubiese alguien más, pero después de unos meses todo mejoró. Vivía armoniosamente con los Smith. Eran una familia agradable.
El señor Smith, o John, trabajaba en una gran empresa millonaria; la señora Smith, o Jennifer, era repostera. Tenía su propia repostería y la veíamos de regreso para la hora de la cena.
-veo que regresaste antes del trabajo, John.- dije mientras apretaba una tuerca.
-veo que aún no te convence eso de llamarme "papá"- dijo con una sonrisa, pero en sus ojos se veía cierto desánimo.
-algún día, John- sonreí
-sí- dijo contestando a mi pregunta-, el trabajo estuvo tranquilo y tuve la opción de salir antes.- pasó su antebrazo en su frente retirando las gotas de sudor que caían por esta. - creo que ya quedo.- dijo mientras se levantaba del piso y me ayudaba a hacer lo mismo.
-¿quieres limonada?- dije mientras le extendía un trapo para que limpiara sus manos las cuales estaban llenas de grasa.
-claro. Pero primero me daré un baño. La "jefa" solicitó de mi ayuda.- dijo haciendo referencia a Jennifer quien, al parecer, tenía problemas en el trabajo.
-¿quién irá por Jacob?- Jacob era mi hermano menor. Tenía unos escasos 11 años.
-¿no es obvio?, creí que habías entendido la indirecta.- sonreí ante la idea- Muere porque vallas por él.- dijo antes de poder perderlo de vista debido a que ya había entrado a la casa.
La idea de pasar la tarde con Jacob me emocionaba. Jacob y yo siempre nos llevamos bien. Él me veía como una súperheroina después de haberlo defendido en la escuela.
