Notas tristes de Violín. ~~||Larry Stylinson||~~

¿Cómo sucedió?

Retrocedamos un poco en el tiempo, cuando aún no tenía mi cabello y tal vez tú eras más liberal.
Siempre ibas con esa pequeña sonrisa a todas partes, haciendo gestos graciosos en las fotos, diciendo chistes y bromas sin sentido, pero que sin embargo, me hacían reír de una forma estruendosa.
¿Recuerdas las miradas y como me cohibía?  Tú solo reías aún más, haciendo más gestos graciosos, corriendo por la acera.
Entonces chocaste con ella, al inicio apenas la notaste, fuiste cortes y te disculpaste, ayudándole a levantar. Sonrieron mutuamente y sabía que algo iba a cambiar, llámame loco o tal vez adivino, pero tus ojos brillaron como un cielo lleno de estrellas, como jamás antes habían brillado.
Tú sonrisa se ensanchó más y caminabas alegre alardeando de lo linda que era esa chica y lo afortunado que serias si la volvieras a ver.
Tus preciosos labios se movían alardeando sobre su cabello suave y castaño o sus ojos verdes resplandecientes o tal vez de esa sonrisa que iluminaría a medio mundo.
Estabas feliz, dichoso, lleno de vida y solo fue un encuentro.
Poco a poco fuiste tomando más interés hasta que notaste que trabajaba en el pequeño café frente al parque, ese café que había guardado millones de secretos de ambos, ahora para ti era especial por ella.
Conseguiste su número y estabas tan emocionado que apenas salimos de la cafetería gritaste y corriste diciendo cuan afortunado te sentías por qué ella te notará.
De a poco me ibas desplazando, no a propósito, pues eres tan bondadoso que jamás podrías, ¿cierto? Porque, estaríamos juntos para siempre, ¿verdad? Tus promesas las cumples, eso siempre dijiste.
La primera vez que fuiste a un recital de violín mío, donde aplaudiste a pesar de que todo era un completo silencio, haciéndome sonreír sonrojado, ahí fue cuando mis ojos brillaron por primera vez, pero tú no lo notaste.
Ingresé a la universidad para poder componer melodías, pero todas hasta el momento son tristes, vacías, sin vida. Todas y cada una de las notas son llenas de dolor, desesperanza y desamor.
Así me sentí cuando me has dicho que le propondrías matrimonio, pues mi corazón a caído por cachitos al suelo, donde cualquiera podría pisarlos y destrozarlos, pero sabes, no dolería, pues tú fuiste mi más grande dolor, pero no te culpo, ella es preciosa en todos los sentidos, tan graciosa, carismática, sencilla y afortunada por tenerte.
He escrito ya tantas melodías y cada una de ellas es para ti, mi pequeño pedazo de cielo, pero jamás lo sabrás, porque es mi más grande secreto, el único que te guardare, pues prefiero ser tu amigo, que estar lejos de ti por confesarlo.
Solo quiero tu felicidad, Boo, aunque yo deba sufrir para ello, pues por ti, sería capaz de dar mi último respiro.