Lo que de verdad forja a un súper héroe, no son sus habilidades o el uniforme más reluciente y mejor diseñado; si no todo lo que lo persigue, sus decisiones y la sombra de su pasado que lo atormenta por las noches.
(HACE 15 AÑOS)
Me encontraba en el suelo de mi habitación, rodeado de crayones y hojas llenas de los dibujos típicos que haría un niño de cinco años como yo. Mientras dibujaba, frente a mí, mantenía encendida la televisión en mis programas favoritos, todos aquellos que involucraran súper héroes. Parecía que mi corta vida giraba en torno a estos; tenía infinidad de pósters de ellos pegados en las paredes de mi colorida y amplia habitación, sobre mis estantes y repisas presumía una formidable colección de figuras de acción y el edredón de mi cama conmemoraba al súper héroe, que para mí, era el mejor, "Linterna verde".
Estaba perdido pues, en los dibujos que hacía, cuando la puerta de mi cuarto se abrió después que alguien tocara desde el otro lado.
-¡Max! -Mi madre estaba en el umbral de la puerta con cara de molestia, mientras sus manos sostenían su cadera; pero en cuanto le regresé la mirada, abandonó su postura autoritaria y se acercó para después inclinarse a mi lado-, te mandé a tomar un baño hace media hora, ¿Qué haces todavía en el suelo dibujando?, te dije que esta noche papi tiene una cena importante y debemos apoyarlo -Me dijo endulzando la voz y yo acepté sin más su petición.
Después de media hora, en donde me duché y vestí a las prisas con ayuda de mi nana Dorotti; estaba todo elegante con aquel trajecito negro y corbata roja, que en conjunto no me hacían sentir más que ridículo; listo para una aburrida cena con mis padres y sus amigos.
-Mamá, ¿puedo dibujar en la mesa? -Utilicé toda la ternura de mi cuerpo en aquella petición, si me dejaban dibujar durante la cena, mi velada no sería tan mala.
-Lo siento Max, no puedes -Su voz, como siempre, fue dulce, pero lo que expresaban sus palabras me sonó cruel -No te preocupes, los Olsen tienen un hijo de tu edad, tal vez puedas llevarlo a ver tu colección de juguetes cuando terminen de cenar -Mis ojos brillaron de alegría con aquella noticia, al menos no estaría tan solo y aburrido esa noche.
Tal y como me dijo mi madre, dentro de la familia Olsen venía un pequeño niño de mirada tímida y cabello rubio, graciosamente rizado, vistiendo igualmente un traje de sastre negro hecho a la medida.
De inmediato me dirigí hacia él en cuanto cruzaron por la puerta principal; le invité a ir a mi habitación a jugar un poco mientras los adultos permanecían en su aburrida cena. Para mi sorpresa y a pesar de su aparente timidez, el niño de intrigantes ojos azules, aceptó mi propuesta; tuve mucha suerte de que compartiéramos los mismos gustos; los súper héroes era un tema que podía llegar a enloquecernos de la emoción. Pasamos toda la noche jugando, dibujando y conversando, todo en torno a este fascinante tema.
Aquella, fue una de las mejores noches de mi corta vida, me había hecho de un gran amigo, como esos que se consiguen una vez en la vida, y con el que tenía algo en común; tal vez más de lo que pensábamos...
***
El sonido causado por el cuchillo al picar sobre la tabla de madera, se escuchaba por toda la cocina. Martha aprovechaba, como todos los días, el hecho de que su pequeño estuviera en la escuela para cocinar y hacer otros quehaceres del hogar. Pero su mañana se salió de su habitual rutina en cuanto recibió una llamada al teléfono que se encontraba empotrado en la pared junto al refrigerador. Con prisa, dejó el cuchillo a un lado, limpió sus manos sobre el mandil y se apresuró a atender el insistente repique del teléfono. Se trataba del director de la escuela de su hijo, y este le solicitaba presentarse cuanto antes a pasar por el pequeño Adam, diciéndole que se había metido en problemas y había agredido a otros niños.
Martha tomó el auto y condujo a toda prisa hacia el colegio, estaba sorprendida por las declaraciones del director. Su hijo, aunque retraído y serio, no era un mal niño y hasta ahora, no había sido el centro de algún problema mayor.
Al llegar al colegio, en el interior de la oficina del director, le esperaban el director junto con la profesora de su hijo; Adam se encontraba sentado con ambas manos entrelazadas en medio de sus piernas y con la cabeza inclinada mirando hacia el suelo. Los rostros de los profesores eran preocupantes.
-¿Qué es lo que pasó con mi hijo? -Inquirió con cierta alteración en la voz, que denotaba no más que su preocupación.
-Señora, por favor, relájese -Pidió amablemente el director -; Durante el receso unos niños comenzaron a molestar a Adam, lo hacen seguido a pesar de los castigos que les pongamos; pero hoy, creemos que Adam les hizo algo.
En ningún momento, el pequeño Adam se atrevió a levantar la cabeza y afrontar las miradas que se posaban sobre él; lucía a como usualmente, tímido y asustado.
-¿Algo?
-La maestra, aquí presente, reportó que esos niños después de estar en contacto con Adam, comenzaron a sentirse débiles y desorientados. Ya le preguntamos a su hijo a cerca de lo que les hizo pero no quiere responder.
La madre, con toda la preocupación del mundo, agradeció a los profesores por haberle informado, tomó a su hijo en brazos y lo llevó hasta el auto, sabía que no era culpa de su pequeño y que lo que sea que este les haya hecho era con el único fin de defenderse.
Martha tomó la autopista en dirección a casa; mientras conducía, echaba rápidos vistazos al asiento trasero donde venía su hijo sujeto al asiento por el cinturón de seguridad.
-¿Adam, te encuentras bien? -Lo miró a través del espejo retrovisor y lo descubrió mirando sus manos con extrañeza -Adam responde.
Una serie de imágenes sin ningún orden en especifico comenzó a invadirle la mente; se vio a él mismo en el momento en que los otros tres chicos lo acorralaban y golpeaban, como si él mismo se estuviera haciendo daño; además, veía rostros, personas y momentos que jamás había vivido, sabía cosas que antes desconocía; su cabeza daba vueltas, hasta que en un momento de lucidez, dedujo lo que pudo haber causado aquello.
El pequeño desabrochó su cinturón de seguridad para jalarse sobre el asiento hasta llegar al espacio entre los asientos del conductor y el copiloto.
-Adam, vuelve a tu asiento, ya casi llegamos; hablaremos seriamente.
Sin haber obedecido, el niño llevó lentamente una de sus manos hasta la mejilla de su madre y esta, al sentirle, recostó suavemente su rostro para sentir las dulces caricias del pequeño; pero pronto comenzó a sentirse exhausta, el cuerpo le pesaba además de dolerle y la vista se le empezaba a nublar. Supo entonces que el contacto con su hijo la había hecho sentir aquello.
Adam comprobó su teoría, cuando su piel hacía contacto con la de alguien más, comenzaba a absorber recuerdos y pensamientos, lo que explicaba la serie de imágenes en su cabeza; pero desconocía que además de eso, podía "absorber", habilidades físicas y destrezas, como el conducir un auto o cocinar, por ejemplo; ahora la única interrogante que había en su mente era: ¿Qué pasaría si mantengo el contacto por un mayor tiempo?
El auto terminó por salirse del camino debido a la incapacidad del conductor de mantener el control. Después de una aparatosa caída, el auto se encontraba en una zanja de unos dos metros de profundidad y con las cuatro llantas apuntando hacia arriba.
Emanaba humo del cofre del auto; Martha comenzó a abrir los ojos lentamente, sintiendo como poco a poco las fuerzas regresaban a su cuerpo. Aturdida por la caída, descubrió que se encontraba sentada de cabeza sobre su asiento; se apresuró a liberarse del cinturón de seguridad y cuando cayó al suelo, intentó verificar la condición de Adam; pero este no se encontraba en el auto, era su oportunidad para huir de él. Salió a rastras por la ventanilla de la puerta del conductor.
-Lo he visto -Al escuchar la voz de Adam, comenzó mirar en todas direcciones para identificar la posición del mismo-; No eres mi verdadera madre -el pequeño caminó hasta llegar al frente de Martha que yacía aún débil sobre el suelo.
-Adam, por favor, ¿qué haces?
Sin recibir respuesta alguna más que una mirada cargada de odio, el pequeño tomó el rostro de la mujer en el suelo, el cual comenzó a "secarse"; los huesos del cuerpo comenzaron a marcarse en la piel y la coloración de la misma se tornó grisácea; ahora todos sus recuerdos, conocimientos y habilidades, le pertenecían a Adam.

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Starlight
ActionUn pasado desastroso y un futuro lleno de oportunidades; la vida de un superhéroe esta definida por todo el dolor que lo atormenta por las noches al cerrar los ojos y perderse en memorias sombrías. Max es un adolescente con habilidades que sobrepasa...