Starlight

La última Luz

En el cielo se contemplaba a un par de siluetas compartiéndose estruendosos golpes que retumbaban en los cristales, al producir un sonido como si el cielo se quebrara. Sil había comenzado a responder a la lluvia de puñetazos, y estos, a pesar del manto de luz que rodeaba a Max, lograban provocar dolor con cada impacto.

Los ataques finalmente cesaron y ambas figuras quedaron sujetadas el uno al otro en un fuerte agarre; mismo que a los pocos segundos, Max comenzó a debilitar con forme el aura luminosa sobre él perdía intensidad.

—Parece que olvidaste un pequeño detalle —Ladeó una sonrisa con su comentario.

Max comenzó a descender involuntariamente, mientras admiraba con sorpresa como la luz sobre él, comenzaba a desvanecerse, dejándolo vulnerable y sin la facultad de mantenerse en el aire.

—Mira al cielo, no hay luz del sol; era cuestión de tiempo para que tus poderes dejaran de funcionar.

Adam posó su mano sobre el frágil cuello del Castaño, en un agarre asfixiante, mirando a este sacudir su cuerpo bruscamente tratando inútilmente de zafarse. Rápidamente levantó su puño y lo golpeó directo en el rostro mandándolo a volar, haciendo que atravesara un trío de edificios vecinos, antes de detenerse en un amplio zócalo con una gran fuente de mármol en el centro que adornaba el lugar.

En el segundo que su cuerpo se impactó a toda velocidad contra el suelo, se formó un cráter a su alrededor de poco diámetro y poca profundidad. Los testigos, acompañados por gritos de auxilio, comenzaron a correr en todas direcciones lejos del campo de guerra.

Una risa malévola se precipitó hasta sus oídos, mientras despegaba el rostro del suelo y miraba a Sil aproximarse lentamente hasta quedar de pie frente a él.

Una serie de helicópteros comenzaron a surcar los cielos alrededor del lugar; las luces de los mismos los apuntaban, pero el par de Alfas parecía no importarles estar en todos los noticieros y comunicados de emergencia de la ciudad.

Las esperanzas se colaron por su cuerpo al ver que la noche había cubierto con su manto a la ciudad, de no ser por la inmensa luna llena que brillaba en el cielo rodeada de estrellas; ya no tenía escape ni fuente de poder, había caído en la trampa y ahora perdería la vida frente a toda la ciudad que intentó defender.

***

Una taza llena de café cayó de golpe al suelo haciéndose pedazos al contacto con la dura superficie. Dorotti llevó sus manos hasta su boca para ahogar una expresión de sorpresa, sintió una fuerte punzada en el pecho cuando por la televisión, vio en las noticias a Max tumbado en el medio de un agujero en el suelo, perdiendo la batalla.

***

El demonio bicolor caminó hasta Max; este, aun no encontraba las fuerzas para levantarse del suelo; había sentido como nunca la fuerza sobrehumana de Dustin y su cuerpo resentía aquello; tanto, que de haber podido, cada musculo y cada hueso de su cuerpo hubieran soltado un alarido por el dolor.

Cuando menos lo esperaban, un grupo de policías aparecieron rodeando la zona y ocultándose detrás de sus patrullas, con el frío cañón de sus armas apuntando a los dos objetivos frente a ellos.

—¡Levanten las manos, ambos! —Ordenó uno de estos por un alto parlante.

—Espérame allí —soltó Sil con tranquilidad.

Después de haberle dedicado una siniestra sonrisa burlona, se dio vuelta hacia la multitud de oficiales que le esperaba a sus espaldas.

—¡Al suelo!