Quien eres?

1.7K 82 26
                                    

Hanna: ¡Auuuch! ¡Suéltame! –Mordiéndole un dedo-

Justin: ¡Quítate! –Empujándola fuertemente-

Hanna: -Gritó- Mi pie... -Dijo llorando-

Justin: ¡Lo siento...! ¿Estás bien? –Me acerque-

Hanna: ¿Qué crees idiota? –Dijo mientras seguía

llorando-

Justin: Perdona... Déjame ver tu pie...

Hanna -Llorando-

Justin: ¿Solo te pusieron una venda...? Tu pie está

bastante hinchado y rojo... -Mirándola- Lo siento...

Hanna: Eres... un tonto... Me duele... -Mordiéndose los labios-

Justin: -Apretándole las mejillas- No seas tan llorona. Así no solucionaremos nada –Sonrió-

Hanna: ¿Y quieres que me ría? -Secándose las

lágrimas-

Justin: -Sonrió- No pido eso. Pido que no llores...

Hanna: -Sonriendo-

Justin: Porque realmente tu llanto es muy molesto

Hanna: Te demandare

Justin: -Rio-

Hanna: Aggg

Justin: -Reaccioné- ¡Me debo ir! –Me levanté-

Hanna: ¡Espera! No te puedes ir. ¿Qué hago con mi pie?

Justin: Emm... Sana, sana, sana piesito de rana. Si no sana hoy... bueno sanara en una semana ¡Adiós!

Hanna: ¡Enfermera! –Gritó-

Justin: ¡Cállate! –Dije tapándole la boca-

Hanna: ¡Suéltame! Si no eres capaz de hacer algo

llamaré a una enfermera ¿Qué les sucede a

ustedes? ¿Qué acaso no ese su trabajo? ¡Preocuparse

de sus pacientes!

¿Esta chica de verdad cree que soy doctor? –Pensé-

Justin: Debo a atender a otro paciente. Le diré a otro doctor que venga.

Salí rápidamente de la habitación, solo a 4

habitaciones estaba ella. Ya me sentía mejor y podía

caminar sin dificultad. Llegué a la habitación 206, respire profundo y entré. Las cortinas estaban abiertas, la habitación estaba iluminada y con un ambiente que se sentía cálido en el aire.

Y ahí estaba ella, aun acostada y con cables en sus brazos. Me saqué los lentes y la bata blanca. Me acerqué con lentitud y vi su rostro, estaba pálido y delgado, pero seguía teniendo esa hermosura angelical que solo ella poseía.

Apreté mis puños por la impotencia de no poder hacer nada. Acerqué mi mano a su rostro y, como su piel fuese de cristal, acaricié con suavidad y ternura sus mejillas.

La abrasé con delicadeza y amor para que ella supiera que yo estoy aquí, a su lado. Me acerqué a su cuello, seguía teniendo ese aroma me que volvía loco, esearoma tan exquisito y con el que quería despertar cada mañana del resto de mis días.

Ella aun tenía los ojos cerrados y parecía que nunca

los iba abrir, mi corazón se llenó angustia y mis ojos

Enamorada de mi Hermano-Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora