Capitulo 6

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Estaba bien, pensaba para mantenerse cuerdo a pesar de las horribles horas de trabajo que tenía que hacer. John trataba de hacerle ver que no eran terribles y aunque era verdad y también le ayudaba eran demasiado pesados para sus trece años. Al menos ya no le golpeaban y eso era algo. Podía vivir con eso y eso estaba bien, tampoco le molestaba, además que poco a poco empezaba a sentir algo por su protector.

Vale, tampoco le había ayudado mucho en sus primeros días, pero era alguien demasiado amable con él y nunca le había maltratado, como el otro sujeto. Y estaba seguro que sentía lo mismo por él. Lo podía ver cómo le miraba, la forma en que le sonreía era demasiada cálida y le hacía sentir mejor. No obstante, no quería arruinarlo.

...

— ¿Ya has terminado?— preguntaba John que salía de la casa viendo como aquel pequeño adolescente tendía de mala gana la ropa.

—No sería tan difícil si no fuera porque tengo que lavar los restos de sangre— se quejó cansado. Después de todo cargar el montón de ropa sucia para lavarla en un rio que se encontraba a un kilómetro de distancia con gran dificultad y regresar no era muy bueno.

—Me hubiera encantado ayudarte— soltó para ver como el menor negaba.

—Aja, bueno sería bueno que hicieras la comida— se sentó en el pasto después de terminar todo. Vio como aquel hombre se acercaba para cargarlo— ¡Ey! ¡Bájame!— se quejaba empezando a dar patadas al aire que no afectaban en nada al castaño que lo llevo de nuevo a la casa.

—Yo pensé que estabas demasiado cansado, incluso para poner resistencia— rio divertido para llevarlo a su propia habitación— ¿sabes que hoy llegara Jeff, verdad?— pregunto tras dejarlo en la cama.

—Pero si estoy... ¿en serio? Esperaba que estuviera fuera más tiempo— se acostó en la cama de mala gana. Si llegaba a odiar a alguien era a ese despreciable sujeto que en esos momentos había salido a vender la carne y las pieles de los animales que había cazado.

Admitía que todo eso antes le causaba horror pero con el tiempo de ver los cadáveres rajados por la mitad con todos sus órganos a la intemperie ya se le hizo algo demasiado natural. Aunque claro, todavía lo veía como algo malo, las personas no deberían atentar con la vida de animales indefensos que no le hacen nada malo.

—Yo también pienso lo mismo— suspiro cansado — por lo mientras yo veré que hago para la comida y tu descansa.

—Solo estaba exagerando, te tomas todo demasiado en serio.

—Pero quiero que estés bien— sonrió un al ver como se empezaba a sonrojar— ¿estás bien? Estas rojo— poso una mano en la frente, obviamente veía las reacciones del menor con él. Tampoco le molestaba el chico era demasiado bonito.

—No sé de qué hablas— frunció el ceño tratando de ocultar su nerviosismo al tenerlo demasiado cerca—John.

—Es bueno saber que estas bien— se acercó para rozar sus labios — te dejo de descansar y no quiero que seas demasiado necio— se separó para salir de habitación.

—Es un tonto— gruño para quedarse en la cama. Después de todo, los pies lo estaban matando y sentía los brazos entumidos. Le haría caso por ahora, aunque el sentir sus labios le hacían sonrojar. No era un tonto, era todo un idiota.

...

Bill sintió que se atragantaba con la carne de conejo que estaba comiendo cuando escucho como el mayor de la cena hablaba con su hermano de regresar a los bosques del sur. Alardeaba sobre las criaturas míticas que vivían y lo bien que pagarían por llevar un trofeo como ellos.

—Sabes que no existen, hermano— trataba de razonar John pero su hermano mayor le miraba con indignación— Bill, dile que es mentira— busco algo de apoyo mirando el rubio le quería asesinarle con la mirada. Lo que menos quería era llevarla la contraria a Jeff.

—Yo...

—Tu no pudiste vivir demasiado tiempo solo en un bosque, admítelo— le interrumpió Jeff, tan altanero como siempre.

—Pero si hubieran criaturas místicas ¿Por qué cazarlas? ¿Por qué no simplemente dejarlas en paz y ya?— pregunto, sin negar o aceptar algo.

—Oh pequeño— soltó— ellos son unos monstruos, no tiene sentimientos, además saldremos así de esta pobreza, no sabes lo mucho que pagarían— eso hizo que Bill sintiera su sangre hervir. Tenían sentimientos, no podían matarlo simplemente por algo tan inmundo como el dinero- aunque lo necesitaban, la casa en la que vivían estaba en casi ruinas y si no fuera por la caza, no tendrían

— ¡Ellos no son monstruos!— se levantó de la mesa para chocar sus manos contra la mesa— ¡Yo he vivido con ellos y son más humanos que tú!— se quedó callado al ver la sonrisa maliciosa de aquel adulto que acercándose a él, lo abofeteo con fuerza haciendo que cayera al suelo.

— ¡No debiste golpearlo!— John se acercó para fue detenido por su hermano.

—Tu nos acompañaras, más te vale decirnos la verdad, te conviene que mate alguna de esas criaturas— y tras darle una patada- pues seguía en el piso- se sentó de nuevo para continuar su cena.

Bill rechazo toda ayuda que le ofrecía John ¿Qué había dicho? No quería que hiciera una estupidez, ellos le habían ayudado de una muerte inminente. Sentía que era hora de devolverles el favor.

Continuara. 

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