Capítulo 3. Estrés

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Disclaimer: KHR! no me pertenece, todos los personajes son creación de la grandiosa Akira Amano–sensei, yo solo tengo el gusto de escribir historias de mis animes favoritos y la trama de este fic.

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Capítulo 3. Estrés

Dino tan solo le llevaba de diferencia a Tsuna dos años. Mientras Tsunayoshi contaba con quince, él tenía diecisiete. Técnicamente no tenía que ser tanta la brecha que los separara –pero lo era– podían ser hermanos, preocuparse el uno por el otro, pero no habían terminado de comprender enteramente. Mientras Dino era sumamente alegre y torpe, Tsuna era serio y muchas veces sus acciones se contradicen.

Miro el lugar. No estaba seguro, es más pensaba que era peligroso vivir bajo el mismo techo que su tío. Pero por cómo estaban las cosas en Italia, era más seguro estar conviviendo con Reborn. La escuela era sencilla, a pesar de no querer resaltar sin embargo al ser –el alumno nuevo de traslado– ocasionó que prácticamente todos en su salón le prestarán más atención de la debida. Supuestamente él tenía que ser alguien que no resaltará, incluso llevaba puestos unos lentes.

Salió de su habitación, había terminado con los deberes de ese día. Entonces su vista se dirigió a la sala se percatándose de que Tsuna estaba sentado en el sillón.

– Tsuna –canturreo alegremente mientras se acercaba.

– Dino –. Emitió un sonido al ver que su hermano se interponía entre él y la pantalla.

– Oye, ¡¿podrías decirme onii-chan?! –pregunto con esperanza.

– Compórtate como un adulto, Dino–san –rebatió, agregando el honorífico en el nombre del rubio–. Además estoy viendo una película.

– Tsuna-chan –arrastró el honorífico infantil, mientras miraba de reojo a su hermano.

Entonces supo que eso había molestado de sobremanera al menor. Maldijo internamente a la vena sádica que predominaba en la parte de la familia Vongola.

– Mi error –se apresuró a decir mientras juntaba ambas manos en señal de disculpa–. Pero al menos podrías decirme, nii–san.

– No me gusta usar los honoríficos, recuerda que aunque seamos en parte japoneses, nacimos en Italia.

– A veces eres demasiado serio. Pero me agrada este país –admitió.

Ahí estaba, el sentimiento de alejamiento. No sabía que más decir.

– Reborn dijo que regresaba mañana, porque no salimos a comer –opinó el rubio–, podríamos hacer un pequeño tour.

– No somos turistas –contestó secamente el castaño.

– Debe haber algo que te guste hacer.

– Liberar estrés –respondió.

– Perfecto, pues hagámoslo –anunció el mayor mientras jalaba a su hermano del brazo.

Por su puesto que Dino no tenía ni idea de lo que para Tsuna era –liberar estrés–. No obstante ya estaban caminando y sin rumbo.

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Desde la perspectiva de Tsunayoshi, su hermano era sumamente ingenuo. Aun así dejó escapar una ligera sonrisa burlona, esperaba ver la cara de terror de Dino cuando liberará estrés. Sin previo aviso el menor vio de reojo el lugar hacia donde lo había arrastrado Dino.

– No hablarás en serio –se quejó al ver el establecimiento de comida rápida.

– Por qué no.

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