Capítulo 1: Las cartas.

23 1 0
                                    


Florence y yo enviamos cartas al Mirador de Panganatan Blake. Son un par de cartas con sobres de color azul marino, que se supone tienen confesiones escritas que Florence y yo no podemos decirnos a la cara. En el sobre de la carta que yo envié dice: "Para Florence; nuestro amor le dará sentido al destino". Y por lo que pude llegar a ver en el sobre de ella dice: "Para Clarent", y eso es todo. Florence no es muy dada a escribir dedicatorias melosas. Las cartas se encuentran en una oficina de correos del lugar, esperando a que nosotros lleguemos y las pidamos. No quiero más que partir pronto, y saber qué es lo que Florence tiene que decirme. Estoy tan ansioso que casi me he comido todas las uñas de mis manos, y hasta las uñas de mis padres, a quienes todavía estoy adulando para que me den suficiente dinero para el viaje. Ellos no entienden por qué vamos a ir a un sitio del que mejor dicho no sabemos casi nada. En parte ellos no lo entienden porque no les dije el motivo de nuestro viaje. Si lo hubiera hecho eso hubiese provocado que me vieran con su cara de "Clarent, a veces sos un poco raro". Aunque, bueno, a veces creo que ellos siempre me ven con esa cara.

-Por favor decinos dónde queda ese mirador, qué van a hacer ahí, si planeás perder tu virginidad con Florence y si llevan suficiente protección -me inquirió mi padre, fumando de su pipa negra y lanzando humo en la cara inquisitiva de mi madre-. Además quiero que me hagás un presupuesto de todo el dinero que planeás gastar.  Y si nos convencés de darte algún dinero, al final de tu viaje quiero un reporte de facturas y bouchers igualmente detallado.

-Que no se te olvide presentarnos una contraoferta por escrito -añadió mi mamá, acomodando la montura metalizada de sus lentes-. Exigimos un intercambio justo.

Mis padres son administradores de una corporación internacional de muebles, y a menudo van por ahí pensando que el mundo entero se apega a los procesos burocráticos tan celosamente como ellos. Su actitud me parece muy exagerada y fuera de lugar, pero como yo estoy estudiando para algún día ser como ellos, les contesté en su mismo lenguaje:

-La ubicación exacta del mirador se encuentra en los mapas o en Google. Para serles sincero no la recuerdo muy bien. Por favor verifíquenla por sus medios. Lo que vamos a hacer Florence y yo es un asunto clasificado. Eso sólo le compete al departamento de Florence y Clarent, y de forma muy exclusiva. Pero no se preocupen, les puedo asegurar que no tenemos planeado fornicar sin preservativos. Eso a nuestra edad sería muy contraproducente. Y sobre los informes de gastos: creo que ustedes dos están muy deschavetados. Pero como es su dinero, estoy de acuerdo en que deben saber qué hice con él. Y mi contraoferta, la cual no pasaré por escrito porque los deschavetados son ustedes no yo, es la siguiente: Si me dan una suma de dinero que supla todas y cada una de mis necesidades, podrán tener la casa para ustedes solos en las vacaciones. Así serán capaces de hacer realidad todas esas fantasías de adultos desesperados que siempre han tenido, pero que no han hecho por mi inoportuna presencia. Supongo que ya se habían dado cuenta de esta grandiosa posibilidad, pero no la querían considerar para no sentirse seres humanos con necesidades humanas. Pues bien, mi contraoferta es ésa: la de poder desatar su negada humanidad en mi ausencia. ¿Es suficiente?

Mis padres se sonrojaron, no dijeron nada y me prometieron que pronto me darían el dinero que ellos considerasen adecuado. Claro, después de analizar cada centavo en una pequeña junta directiva en su habitación. Me dejaron solo en la sala, creyendo que las personas con trajes empresariales no son las más inteligentes, aunque lo parezcan.

Imagino que Florence, aunque por lo general se muestra muy tranquila y segura de sí misma, también se siente igual de ansiosa que yo. Por lo menos sus padres son un poco menos entrometidos, y ya le dieron el dinero para el viaje sin siquiera pedirle muchos detalles. Ella dice que me mandaron saludos. Y que para nada pensaron que yo tenía planes de desvirgar a su inocente primogénita.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 15, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las cartas en Panganatan Blake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora