Yo Igual Te Extrañaré

27 2 0
                                    

Eran casi las 6 de la mañana en el hospital general de la ciudad de México, las personas no duraban mucho en la sala de urgencias, fuimos los únicos en algunos momentos, el aroma en el ambiente transmitía un vacío en el interior, el aroma a soledad y muerte... llegó a ser aterrador, Liliana estaba acostada en una de las bancas, le había dicho que descansara y que si surgía algo yo la despertaría, cerca de las 7:00 AM se levantó, había dormido como una hora y media, me preguntó:

-¿No se siente cansado usted?, ha pasado mucho tiempo despierto.

Su mirada lucia unas suaves ojeras, Liliana era una chica morena, de complexión delgada, tenia unos ojos cafés de un tono brillante, pero su encanto se veía desbastado.

-No gracias.

-Pero si me podrías ayudar con otra cosa, tengo un tiempo pensando y quisiera saber...¿como es que le tienes mucho afecto a Lucía?.

Ella pareció pensar mucho en lo que iba a decir, hubo un breve silencio hasta que finalmente me respondió.

-Bueno, ella me ha criado durante unos 5 años tal vez, verá, es una historia muy compleja ya que todo lo que me dio no fue gratis, ella me prometio costearme mis estudios con la condición de que tenia que servir en la casa, y como usted sabe no es una señora muy fácil de complacer.

Vaya, no es tan bondadosa como yo creía, por mas que ame a Lucía hay una cosa que si es cierta, siempre ha sabido como sacar provecho de las personas, y no creo que su sirvienta haya sido la excepción.

En el fondo sabia que la historia era mucho mas compleja de lo que ella describía, no la presioné y ella tampoco siguió comentando.

Unos minutos más tarde salió la enfermera que nos había atendido, la enfermera es una mujer de aproximadamente 35 años, tenía la misma facha de cansancio de Liliana.

—Buenas noticias, está estable por el momento, le tuvimos que aplicar una dosis muy alta de corticosterioides.

—Gracias al cielo. Exclamé.

—Señor... eso indica que la enfermedad esta llegando a un punto mucho más grave.

—Mierda.

—Le sugiero que la deje aquí un tiempo para que pueda ser observada, le puedo recomendar algunos expertos para el lupus eritematoso.

—De ningún modo, nos la llevaremos apenas despierte. Respondió Liliana.

—Como gusten.

La Jalé del brazo a Liliana y la lleve a un parte más tranquila.

-¡¿Pero que rayos?!, lo mejor para ella sería quedarse aquí a que tenga los tratamientos que necesita.

-Nada de eso, ¿no cree que si ella quisiera hubiera ido al hospital desde el comienzo?.

-¿Que quieres decir?.

-Ella está segura de que no le quedan más de dos meses de vida, prefiere estar en su casa tranquila, sin que le estén poniendo agujas o algo así.

-¿Ella quiere morir?.

-Claro que no, pero después de todo... ¿que más le queda?.

Todos los hechos estaban puestos sobre la mesa, yo estaba ahí, solo observando, tratando de entender todo lo que estaba sucediendo a mi al rededor, y cada vez que creía que al final nada importaba era todo lo contrario, cada pequeño detalle marcaba un momento en esta línea de tiempo interminable.

Por Si Vuelves A Amarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora