Capítulo 7. Perdida de nuevo

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-Oye, se que no estas muerta. Despierta de una vez. Venga, levanta.

Escuchaba la voz de ella de nuevo en mi cabeza. Parecía muy relajada, como si todo lo que hubiese pasado no fuera real. Abrí mis ojos lentamente, aún aturdida. De nuevo estaba en una habitación, pero esta vez, iluminada. Me incorporé poniéndome de pie y observando aquel lugar. Era una habitación de niña, llena de peluches y muñecas. En la pared, había una fotografía de una niña. Esa pequeña criatura era Cassandra con una amplia y bella sonrisa. ¿Cómo había ido a parar a este sitio? Mi cabeza daba vueltas y no sabía dónde encontrar respuestas. Vi una cama desecha en una de las esquinas y, presa del agotamiento, decidí dormir un poco.

-Mami, que haces durmiendo en mi cama? Has vuelto a discutir con Papá?

-¿C-cómo? ¿Cassandra?-dije yo sin abrir los ojos-.

-Tienes la cara llena de heridas y la ropa manchada de sangre. ¿Alguien te ha hecho daño? Si es así, no dudes en que te protegeré de esa persona.

Abrí mis ojos, y allí estaba. Cassandra seguía llevando el vestido blanco, pero en vez de llevar una sola trenza llevaba dos. Me miraba de forma extraña mientras me agarraba del brazo.

-Vamos a cenar? Tengo hambre y aún no he comido.

No tenia palabras. No entendía nada de lo que estaba pasando. Estaba en un lugar oscuro, alguien buscaba a la pequeña y entonces me atacaron... ¿Qué estoy haciendo aquí? ¡¿Qué esta pasando?!
Me limité a assentir con la cabeza. Ella me agarró de la mano llevándome por toda la casa hasta una amplia cocina.

-Mami, ¿hoy puedes hacerme pizza? -dijo ella mientras se sentaba en la mesa que había junto la encimera-.

-Claro... ¿Sabes dónde la guardé? Ya sabes como soy que se me olvidan muchas cosas...-intenté disimular, me daba pena aquella niña... ¿Qué le habrá pasado a su verdadera madre?-.

-Esta en la nevera, en el estante de arriba. ¿De mientras que la haces puedo subir a mi habitación a jugar con Mally?

-Si pero, ¿quién es Mally...?

-¡Mi muñeca favorita! Vaya cabeza que tienes...-dijo mientras reía y se dirigía hacia su cuarto-.

Yo estaba confundida. Aún así, empecé a preaparar la pizza. La puse en el horno y me senté en la mesa esperando a que se hiciera. Miraba a la nada, intentando recordar todo.

-No me gusta esa niña... Deberíamos matarla.

-¡Ni se te ocurra pensar en eso de nuevo! Es una niña indefensa que ha perdido a su madre y ahora piensa que soy yo... Ten un poco de compasión.

-Yo soy parte de ti, y se que en el fondo te da también miedo. Ella no es normal, al igual que tú.

-Callate, me das dolor de cabeza. Espera a ver que pasa, estoy igual de confusa que tú, pero no quiero dejarla sola.

De repente, se escucha gritar a Cassandra. Corrí hacia su habitación, abriendo la puerta de golpe a ver que es lo que le pasaba.

-¡¿Cassandra estás bien?!

-Si, ¿porqué lo dices? Yo solo estaba jugando... -Dijo con una extraña sonrisa sin mirarme-.

La luz se apagó de golpe. Se escuchaba a la niña de nuevo gritar. Volvió a encenderse la luz. Mis ojos no daban crédito a lo que veían. La niña ensangrentada que había visto anteriormente se encontraba de pie justo delante de mi, atravesada con un cuchillo en el centro de su estómago. Cayó al suelo formando un mar de sangre.
Entonces vi a alguien delante de la ventana. Esa persona desapareció a los pocos segundos junto al cuerpo de la niña.

-Te dije que no era buena, TE LO DIJE.

Acto seguido de escuchar lo que dijo ella, me desmayé. Todo se volvió negro de nuevo.




Escapar de Ella no es una opciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora