Capítulo 1: Freya

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Narra Addeline

Después de casi dos horas en coche, por fin pude conocer a Freya, la abuela de Mike.
No era mi abuela, pero cuando me miró, sentí como si hubiera sido su nieta toda la vida.

Llegamos a ese pequeño pueblo de menos de mil personas. Las casas eran todas de campo y totalmente blancas. Todo estaba rodeado de verde y de flores.

¿Quién quería estar en la ciudad teniendo esto?

Sólo había un supermercado en la ciudad, eso hacía que todos los vecinos se conocieran.
Al principio fue muy raro, todo el mundo nos miraba y comentaban cosas.

"Seguro están escapando de la ley, porque para venir a este pueblo de mierda deben estar locos"

"Es una pareja recién casada que está cuidando a la madre de alguno de los dos"

Es verdad que apenas me alejaba de Mike, tenía miedo de volver a estar encerrada en esas cuatro paredes.

Mike, ahora llamado Luke había conseguido los pasaportes y como prometió, nos cambió el nombre.

La abuela de Mike se seguía llamando Freya ya que ella no tenía nada que ver del peligro en el que estábamos metidos.

Teníamos que ganar dinero de una forma u otra, eso nos obligó a buscar un trabajo.

Yo trabajaba en la única veterinaria que había en el pueblo. No cobraba mucho pero lo suficiente para poder ayudar en casa.

Amaba a los animales, pero no aguantaba la sangre y mucho menos verlos sufrir. Así que solamente atendía a los dueños.

Mike empezó a trabajar como cajero en el supermercado. Freya sólo se limitaba a estar en casa y a cuidarnos.

Llevábamos dos semanas en el pueblo. Nuestra pequeña casa de sólo un piso la pudo conseguir Mike mucho antes de llegar aquí.

Todos el pueblo nos conocía y nos saludaba todas las mañanas.

Realmente esta era la vida que quería tener.

Pero Alexandro no está a tu lado.

Maldita sea.

-Katherine -Habló detrás mía Freya- Tu hermano me dijo que pasaras por el supermercado para comprar.

Asentí. Cogí mi bolso y salí corriendo hacia la veterinaria.

-¡Buenos días Katherine! -Gritó nuestro vecino Jack-

Le saludé con la mano y seguí andando.
Realmente vivíamos en el centro, podíamos ir caminando a todos los lados sin cansarnos.

-Buenos días Kat -Me saludó el Doctor Foster cuando entré por la puerta - Llegas a tiempo, la señora Truler está apunto de llegar.

Como estaba acostumbrada, asentí.

Me senté en el pequeño asiento que estaba detrás del mostrador.
Como mi jefe había supuesto, la señora Truler entró por la puerta con su pequeño chihuahua.

Encerrada © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora