Encerrada © [EDITANDO]

Capítulo 17: ¿Hola? ¡Tierra llamándote!

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Narra Addeline

Todo el mundo en el avión dormía. Mike que decidió sentarse conmigo en el avión, donde dormía plácidamente en mi hombro.

Todavía faltaban algunas horas más para llegar a España. Pero no podía dormir y eso me molestaba.

En realidad no había nada que hacer. Había una televisión donde pasaban películas muy viejas para mi gusto y las dejé de ver.

Alexandro no me volvió a hablar desde esa vez en el coche. Hacía como si no existiera. Hablaba con los demás olvidándose de mi.
Llegó a hablar animadamente con Mike. Pude escuchar que hablaban de coches y poco más.

-Deberías estar durmiendo, Adde -La voz ronca de Mike me sorprendió -

-No tengo sueño -Comenté-

-A mi no me engañas. No puedes dormir porque estas pensando en Alexandro. -Dijo algo más fuerte de lo que esperaba Mike-

-Baja la voz maldita sea -Susurré- Tengo más problemas por los que preocuparme.

-No me digas que no te jode que ahora mismo sea Yiyianna quien está durmiendo en sus brazos y no tú -Me molestó -

No podía mentir. Intentaba desviar la mirada para no tener que observar ese panorama. Alexandro abrazaba a Yiyianna con sus dos brazos mientras que esta estaba apoyada en su pecho durmiendo. Y por último, la cabeza de Alexandro descansaba en la cabeza de ella.

-¿Cómo puede descansar con esa cara pene? -Murmuré para mi misma -

-¿Qué estas hablando Adde? -Rió Mike- No lo niegues más. Soy tu hermano.

-Mike él ya va a rehacer su vida. Tiene una prometida y no me puedo meter en eso. Eso es sagrado. Si él no se quisiera casar no lo haría, así que realmente lo único que puedo hacer es mirar y sufrir en silencio -Suspiré-

-Lo que vivieron vosotros fue tan intenso, que da igual el tiempo que pase. No se pueden olvidar el uno al otro.

-La gente suele decir que sólo te enamoras una vez en la vida. Yo me enamoré y acabé sufriendo. No digo que está sea mi última oportunidad. Pero sé que él siempre será mi punto débil, al que nunca le podré decir que no.

Los ojos me comenzaron a picar. Miré hacia otro lado y mis ojos se encontraron con los de Alexandro. Este me miraba confundido mientras intentaba encontrar la razón por mi repentino discurso.

-Lo que acabas de decir fue tan.... -Pensó Mike durante unos segundos - Despechado.

-Sólo arruinas mis momentos de sabiduría -Comencé a reír-

A Mike se le escapó una carcajada y acabó riéndose conmigo. Nuestras risas se escuchaban por todo el avión. Alexandro volvió a mirarme pero esta vez era con enojo.

Negué con la cabeza y miré a Mike.

-Iré al baño, no me extrañes.

Este me miró con una mirada de desdén exagerado y comenzó a reír. Me alejé de él y comencé a andar por el pasillo recto donde estaba el baño.

Pasé por al lado de todos. Mike tenía la rara costumbre de irse a los asientos traseros haciendo que fuéramos los marginados.

Todos seguían durmiendo plácidamente y sin observar mucho más entré al baño.