Un Deseo que No Pedí

Encuentro bajo la lluvia.

—Dígame señor, ¿Que va a ordenar?

—Quiero... un café con crema helado y un panecillo de queso gourmet por favor, ah y el café sin azúcar...

—Wa... papi, el café sin azúcar es horrible...

—¿Que clase de camarera eres señorita ¿Como me dices eso cuando soy tu cliente?—Tomo a la niña de la cintura y comenzó a hacerle cosquillas.

—Ajajaja, papi basta, le diré a Chan-nee... Ajajaja ¡Chan-nee! ¡Ayuda!

—¿Que están haciendo?—Sunny corrió a refugiarse con Chan Hee que la alzo entre sus brazos—Byung Hun, te dije que te quedaras en las mesas con sofá que están haya, casi terminamos, se que estas cansado pero si estas en una silla tan dura como esa nunca te vas a recuperar...

—Papi no hace caso, Chan-nee ¿Puedo comer pastel?

—Sunny, nadie comerá pastel hasta que llegue la hora de la cena...

—¿Quien quiere pastel?—Changjo salio de atrás de la cocina con un pastel de chocolate recién horneado, Chan Hee hizo cara de frustración mientras que Sunny bajo de sus brazos y corrió con Changjo.

—¡Changjo!—Lo reprocho Chan Hee.

—Lo siento Chan Hee, es que debo irme ya, te lo dije desde el lunes, hoy saldría un poco mas temprano, así que deje limpia la cocina y prepare esta tarta de chocolate para que la coman ustedes...

—Mmm... lo recuerdo me lo dijiste, en ese caso cerrare ya, no quiero irme muy noche si no estas aquí...

—Si, seria genial tener a alguien mas que te ayudase y te protegiera por la noche ¿Verdad Chan Hee? Algo asi como tu novio o... no se ¿Prometido?—Cuestiono molesto Byung.

—Déjate de tonterías Byung Hun, a poco caminas y al inicio de esta semana incluso tuvimos que ayudarte, así que no inventes, cerraremos temprano, no voy a arriesgarme, sobretodo porque hoy vino Sunny.

—Papi, has caso a Chan-nee... —a niña se subió a una mesa y abrazo el abdomen de Chan Hee—¿Puedo ayudarte a limpiar para irnos?

—Esta bien, pero harás lo que yo diga ¿de acuerdo?—Chan Hee acaricio el cabello de la pequeña con una sonrisa.

—Te has ganado hasta a mi bebe...—Reprocho Byung con un puchero—¿Es que ya nadie va a defenderme?

—Me voy, nos vemos mañana Chan Hee...—Changjo salio del café.

—Al parecer no...—Chan Hee miro a Sunny y ambos sonrieron—¿Quieres que juguemos con papi, Sunny?—Sunny sonrió y se abalanzo con Chan Hee, Byung miro a ambos con una sonrisa.

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Con la chaqueta puesta y el gorro de esta sobre su cabeza, se encamino hacia el lugar que cada semana sentía la necesidad de visitar, pasar entre la gente desapercibido, era algo que con el tiempo había aprendido a hacer perfectamente.

Compro en la tienda de siempre.

Comió lo de siempre.

Y camino por la misma vereda, hasta llegar a ese lugar que por ya dos años que lo visitaba, siempre con una esperanza de encontrar algo mejor, pero al final, en el fondo, sabia que eso era imposible, nadie podía sentirse mejor en la prisión y mucho menos cuando se le había condenado por un crimen que no hizo.

—Su nombre—Una mujer con exceso de maquillaje le cuestionaba siempre lo mismo en la entrada anotando en unas hojas que sostenía, mientras dos policías revisaban su vestimenta para comprobar que no ingresara nada ilegal a la prisión.