Confusión, mi mejor compañera.

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Sentado en la sala de un hospital, tratando de tomar idea de lo que acababan de confesarle, sin saber como reaccionar o de donde sacar fuerzas para mirarlo a la cara de nuevo, sin saber que hacer para continuar normal, sin que él creyese que esta actuando por "lastima"

La situacion de Ricky no era buena, no era siguiera alentadora, no había ni una miseria de esperanza en los resultados, no había solución para un problema que ya estaba desahuciado desde hace ya un año atrás.

Preguntas como ¿Porque no le conocí antes? o ¿Porque le pasa esto a él? recorrían incesantes en su mente, no sabia ni como reconfortarse a si mismo, no sabia como hacer para voltear y verle ahí, postrado en una cama inconsciente, si despierta en este momento no sabría que sentiría ¿Felicidad? O se pondría a llorar tan como esta haciendo ahora.

La impotencia, la opresión en su pecho y el nudo en su garganta, eran tres cosas que lo atacaban sin misericordia, lo hacían añicos y destrozaban la poca fe que tenia de su propio destino, no podía creer que alguien como Ricky tuviese que llevar con eso en sus hombros SOLO y por tanto TIEMPO.

-¿Porque nunca lo mencionaste?-Susurro tomando la mano de un inconsciente RIcky-Ni siguiera tu hermano lo sabe, cargaste con todo esto tu solo...-No hubo respuesta, ni la abría-Joder... despierta... Abre los ojos... Dime que soy un idiota, un bastardo, como siempre lo haces... golpea mi pecho y dime desubicado... Solo... mírame una vez mas por favor...

-Las palabras viajaron por medio del viento al fin de un vació en donde nadie puedo escucharlas, estaban de mas, y Changjo lo sabia, hiciera lo que hiciera, Ricky no iba a despertar, no sabia cuanto tiempo tardaría o si tal vez así terminaría todo.

El haber perdido a alguien en su pasado fue una cosa, el que hayan arrestado a su madre era otra muy distinta, pero ahora que se estaba proponiendo a enmendar su vida llena de errores y caída, le ocurría esto, estaba por perder a quien le dio la esperanza que necesitaba para vivir.


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El viento sopla fuerte y las hojas de los arboles bailan a su merced, los rayos del sol comienzan a iluminar el verde campo, anunciado la llegada de un soleado y fresco día, las aves, ardillas y comadrejas hacen su propia danza a las orillas del pequeño bosque.

-Es lindo ¿No?

-Si... Desearía que Chan Hee estuviera aquí...-Una lagrima traviesa corre por su mejilla izquierda, Min Soo saca su pañuelo y lo pasa suavemente por ella.

-Él va a estar bien, ya veras como Byung regresara con él...-Daniel sonrío melancólico.

-¿Y si no lo hace? No quiero que le pase nada, él me salvo a mi ¿Porque no puedo ayudarle? ¿Porque no fue de otra forma?

-Lo que estas sintiendo es culpa o en verdad quieres salvarlo porque le quieres?-Daniel lo miro a los ojos por un momento tenia razón, lo que sentía en realidad era incapacidad de no poder devolverle el favor a Chan Hee.

-¿Que debo hacer?

-Si en verdad sigues teniéndole respeto a Chan Hee, quédate, espéralo, cree en él, cree que él regresara, y sobre todo cuida de ti mismo que si él te salvo fue porque creyó en ti, aun sin conocerte, por lo menos ten un poco de fe en él...-Dijo Min Soo acariciando su mejilla.

-Tienes razón...

Daniel aparto la mano de Min Soo, se levanto ante la atenta mirada de su amigo y entro a la casa, Min Soo se acostó en el pasto, tal vez había sido muy duro con él, después de todo esta sensible por las hormonas pero, esas palabras también habían sido para él mismo, tenia miedo de no ver a Chan Hee regresar, quizás estaba aun mas asustado que Daniel.

Un Deseo que No PedíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora