Día 0 (prólogo)

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¿Creen ustedes que lo peor es que alguien no te desee? Realmente no lo es, porque ustedes no conocen mi completa perdición al alejarme de todo lo que más quiero en la vida, ¿cómo vives después de eso? Es obvio que en algún momento debes presentarle a tus padres tu pareja, pero en mi caso no lo aceptaron para nada. Así comenzó todo...


  — ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás demente?!

  — M-mamá, por-por favor, ¿puedo explicarlo?... 

Parecía no escucharme para nada, no sé qué sucedió, no creí que esto fuera así.

  — ¡NO QUIERO VOLVERTE A VER CERCA DE ELLA JAMÁS! 

  — Mamá, pero la amo, eso no lo puedes cambiar, por más gritos o golpes que me des, tienes que aceptarlo.

  — ¡ERES LO MÁS ASQUEROSO QUE HE CONOCIDO! ¡ESTÁS EN UNA CUERDA FLOJA!

No respondí, no sabía que hice mal, la amo, y estas cosas pasan, se supone que ya no hay distinción de razas o nacionalidades, ¿qué estaba mal?, no podía pensar, estaba en blanco, mientras una lagrima acariciaba mi mejilla, caía como yo, al vacío, porque a pesar de saber que iría al suelo, seguía dejándose caer, no lo entiendo. Mi corazón latía muy fuerte y corrí lo más rápido posible a mi habitación, cerré con llave y me recosté en el suelo.

¿Habrá explicación para mí? ¿Habrá explicación del por qué esa loca reacción de mi madre al verle? ¿Qué tenía de malo? ¡Vamos!, ¿acaso mi madre no vio el brillo de sus ojos color miel? ¿o será que no vio su largo cabello negro? Normalmente está despeinado, sólo hoy lo lavó, cepilló y arregló para dar una buena impresión a mi familia, y a pesar de que mi padre no dijo ni una sola palabra, mi madre buscaba un problema para cada cosa; su maquillaje estaba mal, su ropa estaba mal, su cabello estaba mal, sus piercings estaban mal, ella estaba mal y yo estaba mal y estábamos mal.

Así que hoy se supone, me llevará a una casa alquilada y estaré un año ahí, sin nadie a mi alrededor, claro, podré tener visitas, pero no podré verle, ni hablarle, 365 días sin su piel, 365 días sin su cara, 365 días sin su voz, 365 días sin su sonrisa, 365 días sin su risa, 365 días sin verla quejándose por cualquier cosa, 365 sin verla dormir, 365 días sin darle amor, 365 días sin darle cariño, 365 días sin darle regalos, 365 días sin oler su cabello, 365 días sin ayudarle, 365 días sin ella.

¿Cómo es esto posible? Las cosas no deberían ser así.


Mis padres me llevaron al lugar, de hecho era muy lindo, era grande, tenía televisión, wi-fi, había mucha comida, un sillón gigante, había una sola habitación con una cama muy grande  y un colchón debajo, realmente a pesar de eso en la casa parecían poder vivir por lo menos tres personas, y eso estaba muy bien; había también un baño con una pequeña bañera, pero cuando digo pequeña me refiero a que a menos que seas un bebé no podrías tomar un baño allí, aunque no le presté atención a eso, no me interesaba, lo que realmente me preocupó fue que estaré 365 días aquí, a pesar de que no es algo de que preocuparse, estaré 365 días sin ella aquí.

365 días sin ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora