Mac, Alistair, Leandro, Skyler. Nombres que ha tenido una experiencia de aprendizaje que nunca olvidarán. Aún hay marcas en sus corazones que dejó esa experiencia, cuatro corazones de los cuales ahora sólo laten dos, dos corazones que prefirieron morir y dejar de sufrir a seguir viviendo y saber que hay una gigantesca espina en su corazón, una espina que se supone debería de ser el simbolismo de que su corazón es una rosa, la reina de las flores que sobrevive siempre al frío y al vil invierno, pero más que una espina de rosa sus corazones estaban siendo heridos por alambres de púas que fueron atados por la vida misma a ellos. Si la gente supiera por lo que pasa mucha gente que ha tenido serios problemas en su vida recapacitarían sobre lo que en verdad es una tragedia y seguirían con sus vidas. Ver al chico que amas suicidarse, haber visto como su ex novio se disparó en la sien, haber volado tu casa cual Guido Fawkes, todo eso es difícil.
<<Maldita sea, ¡¿por qué lo hice tan mal?!>> pensó Alistair acostado en el suelo, con su mejilla apoyada en la alfombra del carísimo apartamento en Seattle en el cual reside la familia Merrick, mejor dicho, la pequeña familia Merrick, que sólo consta de Mackenzie y Alistair. Ahí estaba él, acostado en el piso de madera cubierto con una alfombra blanca traída Ankhara, a su lado había una pequeña mesa de cristal, sobre la cual reposaba un vaso de agua junto a un frasco de Prozac, un medicamento para evitar la depresión. Hacían ya 45 minutos que se había acostado, no paraba de repetir ese nombre en su mente "Leandro, Leandro, Leandro, Leandro, Leandro" una y otra vez ese nombre sonaba, y no parecía ser solamente en su cabeza, parecía provenir de cada rincón del departamento, también parecía hacerse más fuerte, como si en vez de una voz tenue fuera un alarido de dolor <<¿Por qué?>> volvió a pensar para sí mismo Alistair. No podía creerlo, después de ya 4 meses seguía oyendolo en su mente, era como si fuera su prioridad en cada sentido tener a Leandro en sus brazos, pero él ya no estaba, estaba muerto, su figura, que aparecía de vez en cuando en la cabeza del rubio, era etérea, se desvanecía apenas lo intentaba tocar, como una burbuja de jabón. Era muy frágil, se rompería apenas lo tocabas, pero el ya estaba casi completamente roto, y lo único que hicieron ambos, fue terminar de quebrarlo.
Miró el reloj, habían pasado ya, exactamente, 45 minutos, se había quedado ahí, en el suelo, inmóvil, con la mente pensando en aquellos ojos color miel. Se levantó con dificultad, y tomó el bote de píldoras que estaba en la mesa y el vaso de agua, sacó la última píldora del bote y la pasó con el agua. Era curioso, los antidepresivos no hacían mucho efecto en él, era como si fuera una simple píldora vacía, al parecer el dolor emocional era más fuerte que cualquiera pildora.
- Es hora de trabajar- Se dijo a sí mismo y luego se fue a su habitación a realizar su trabajo.
En otra parte de la ciudad, están dos chicas, tomadas de la mano, sentadas en la sala de espera del consultorio del doctor Faye, Mackenzie y su novia Christina. Están esperando por los resultados de los exámenes que se le han hecho a su hermano; exámenes que se le empezaron a realizar desde muy pequeño. Christina cuenta que cuando su hermano, Lucius, era más pequeño, se levantaba gritando a mitad de la noche, llorando y diciendo "Él está llorando, él está llorando".
¿Quién era "él"? Todavía no lo saben, ahora, a sus 18 años, sigue teniendo esas pesadillas, y parecen intensificarse con el tiempo.
- ¡Chris!- Gritó un chico pelinegro desde la mitad del pasillo, acercándose a paso acelerado- Siento llegar tarde, ¿como está mi prometido?.
- No lo sé Jasper, hemos intentado todo durante 6 años y todavía nada- Suspiró- A veces creo que tiene algo que ver con su adopción, todos los niños son así cuando están recién adoptados pero, él ha sido así desde que llegó.
- Cariño- Le dijo Mac a su novia mientras le apretaba la mano- Todo estará bien, esperemos a ver que nos dice el doctor.
Jasper tomó asiento a la izquerda de Christina. Hace ya 2 años que Jasper y Lucius se conocen, por supuesto que la edad era un problema, Jasper tenía 23 años y Lucius 16, era difícil pero con el tiempo pudieron lograrlo. A pesar de los traumas que sufre, Lucius se ganó el corazón de Jasper, en muy poco tiempo se enamoraron. Pero el hecho de que su prometido sufra de tal manera le hiela el corazón a Jasper. Luego de un buen rato, la puerta blanca del consultorio se abre y el doctor Faye sale con una sonrisa clásica de aquél que estudia y practica la psiquiatría.
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Corazón Rubí [Yaoi]
RandomDespués de la muerte de Leandro, Alistair se muda junto a Mackenzie a Seattle donde conocerá a Christina la novia de Mackenzie y a su hermano Lucius quien tiene que ver con el pasado de Leandro.