Louis.
Me sentía curioso respecto a Harry, quería conocerlo, que dejara de asentir o negar cada vez que le preguntaba cosas. Aunque sea que se dignara a verme a los ojos cuando le hablo. El autobús se había tardado en pasar y comenzaba a perder la paciencia, observé a Harry caminar. Notó que lo estaba observando pero decidió desviar su mirada hacia otra dirección ignorando que estaba parado ahí.
-¡Hola!-Saludé moviendo mi mano pero él me ignoro, iba con sus manos en los bolsillos de sus skinny jeans. Aveces era muy molesto que me ignorara apropósito.-¡Harry!.-Grité en su oído haciendo que el me mirara exaltado y luego gruñera.
-Demonios, Louis. Casi me dejas sordo.-Se quejó llevando su mano en su oído mientras maldecía en voz baja. Yo no pude evitar reír.-¿Qué?
-Casi nunca hablas y cuando lo haces, dices malas palabras.-El se quedó callado unos segundos pero luego soltó una pequeña risa mientras asentía, dándome la razón. En este corto tiempo he aprendido a qué se refiere cuando asiente y cuando niega.
¿Raro? Ya lo creo.
-Soy algo grosero.-Se encogió de hombros, yo sonreí diciendo que no se preocupe porque yo también lo soy. Comenzamos a caminar juntos hacia la escuela luego de algunas quejas por parte del ojiverde aunque terminó aceptando de todas maneras.
-¡Es un hermoso día para caminar!-Exclamé apuntando hacía el cielo. El chico con rulos observo el cielo con el ceño fruncido para luego bajar su vista hacía mi.
-Louis, está nublado.-Comentó mientras reía y yo quería golpearme a mí mismo por decir semejante estupidez pero, al menos se lo hice reír.-¿Siempre eres tan positivo?
-Solo cuando estoy contigo, Harry.