Notas para Mali |cth| [terminada]

Especial

–No puedo creer que te casarás. Yo... Es muy pronto, ¿no crees?
–Quizá, pero Tom y yo nos amamos.
–Lo sé, es evidente. Solo no lo esperaba, es algo difícil de asimilar.
–¿Difícil?
–No creo que seas tan ciega como para no darte cuenta.
–No, no lo soy.

Mali le dedicó una sonrisa que no logró descifrar, pero era bonita, sí, a ella siempre le parecería bonita la sonrisa de la ahora rubia.

–Aún recuerdo el día en que te conocí, ¿sabes? –dijo Mali con una sonrisa–. Llegaste con Nomi, tomadas de la mano. Hablabas y había una hermosa sonrisa en tu cara. Tú mirada era profunda, de esas que enamoran. Me mirabas, ¿creías que no me daba cuenta? Tratabas de hacerme reír y siempre funcionaba. Dios, creí estar enamorada, pero solo podía pensar en Nomi. Además, nunca fui lo suficientemente valiente para aceptarlo. ¿Sentir atracción por una chica? Nunca me había pasado y tampoco estaba muy segura de mis sentimientos. Poco después conocí a Tom.
–Y te enamoraste –interrumpió su historia–. Me cambiaste porque a tu vida había llegado una persona especial. Terminé con Nomi por ti, pero no importó, ya no eras la misma, me hiciste a un lado, me heriste, Mali.
–Nunca fue mi intención, ni siquiera estaba segura de que yo te gustara. Por otra parte estaba Calum, él me confesó lo que sentía por ti, él tuvo el valor de hacerlo y yo no. Y mira ahora, sé que ustedes son muy felices juntos, como Tom y yo. Calum siempre está de buen humor y tú –suspiró–, lo puedo ver en tus ojos, ese brillo especial, las miradas mutuas de amor. Conmigo nunca fue así.

Se formó un inevitable silencio, ambas sabían que lo que decía Mali era verdad, ella amaba a Calum, lo amaba de verdad, y con Mali sentía una terrible atracción, pero no podía decir que la amaba, no ahora que conocía el verdadero amor.

–Siempre tuve la curiosidad de saber cómo se sentiría besarte.

Mali no parecía estar jugando y la cara de su amiga era de confusión absoluta. ¿Había escuchado bien?

–Puedes... Puedes saberlo si quieres.

Y quizá estaba mal, las dos lo sabían, pero Mali no dudó en acercarse y unir sus labios en un lindo y corto beso.

–¿Y bien? –preguntó Mali una vez que se separaron–. ¿Sentiste algo especial?

No, no lo había sentido, había sido un simple roce de labios, no había sentido ni siquiera la mitad de lo que Calum le provocaba, así que solo negó ante la interrogación de su mejor amiga sin poder pronunciar palabra.

–Tampoco yo –dijo Mali en un susurro.