NARRA BLANCA:
Dos días, a mucha gente puede parecerle que es poco tiempo, pero para mi es una eternidad, estar dos putos días sin hablar con mi mejor amiga es lo peor que me ha pasado. Nunca, repito, NUNCA hemos estado tanto tiempo sin hablar. Aunque ella estuviera de viaje, o lo estuviera yo, siempre hablábamos por WhatsApp, o nos llamábamos, o encontrábamos la forma de no perder el contacto. El problema es que ahora Lucia no quiere hablar conmigo. Harry dice que le de tiempo, que no sabe porque estamos mal, pero que lo solucionaremos, como siempre. No es verdad. Ella y yo nunca hemos tenido secretos, nunca. Yo siempre lo he sabido todo sobre ella y ella todo sobre mi. Yo era la única que sabía porque dejaba de comer y porque vomitaba, ni sus padres, ni su hermano, ni Harry... Nadie, solo yo. Ella no sabe porque me corté aquel día, no se lo conté. No pude, no tuve fuerzas para contárselo. Cuando la v entrar en el cuarto de baño me sentí fatal, mi mejor amiga no era la persona que entró al baño. Entró mi hermana, mi madre, la persona que jamás me ha fallado. Entró esa persona que todos tenemos que es la que nos ayuda a seguir a delante, esa persona que nos da fuerzas, esa persona que hace que sonrías por la cosa más absurda... Cuando cogió mi muñeca y la vendó, no tenía expresión alguna en su rostro. No dijo nada, solo me curó y se fue. A pesar de todo no le dijo nada a nadie, y eso es lo que mas valoro de ella. Le puedes contar que has cometido un crimen y ella no se lo dirá a nadie. Ayer, cuando mi hermano estaba en su casa yo aproveché para ir al médico, mi corte no dejaba de sangrar y me preocupé. Llegué allí y fui directamente a la consulta de David, un doctor muy majo que conocí cuando Lu volvió a recaer en su anorexia. Se sorprendió bastante con la venda que Lu me había puesto, dijo que había evitado algo peor. Me quedé de piedra cuando me dijo que Lucia estaba yendo a verle después de clases para tratar su anorexia. Me cabreé mucho. David me dijo que solo lo sabía yo. También me dijo que Lu había recaído hace un mes, más o menos, pero que estaba intentando curarse, de verdad. Ese día la llamé un millón de veces, y no me contestó ninguna vez. Pero hoy la iba a ver, le gustase o no. Hoy era sábado, tiene que ir a trabajar en la agencia de modelos en la que, "casualmente" yo también trabajo. Nos tenemos que ver le guste o no. Me ducho y me pongo un vestido naranja clarito con unas sandalias de color negro. Me recojo el pelo en una coleta y me pongo muchas pulseras en la mano derecha, para tapar mi corte. Guille va a llevarme a la agencia, ya que Harry y Louis no lo pueden saber, o se lo dirían a Lucia y ella no iría a trabajar, y yo no podría verla. Tampoco me puede llevar Liam ya que, bueno, sigo mal con él. Y bueno, solo me quedaban o Ele, que está con Louis, o Rosana que esta en España con Zayn, o Guille.
-Buenas tardes ricitos.- me dice Guille.
-Hola pesado.- respondo yo entrando al coche, dónde veo a Perrie.-¿Perrie?
-Hola Blanca, es que verás tengo ensayo con las chicas y me tiene que llevar Guille, como a ti también hemos aprovechado para ir los tres y a sí ahorrar gasolina.
-Muy bien, Guille, ¿Sabes dónde está la agencia?
-Si, que no soy tonto, aunque penséis que si...-Perrie y yo nos reímos. Minutos después estamos en la puerta de la agencia, y veo a Emma, la moto de mi hermano, lo que significa que Lu y el ya están aquí.
-Gracias Guille. Adiós Perrie, y saluda a las chicas de mi parte.- me despido de ellos y me dirijo a la entrada. Le digo mi nombre a una chica que está sentada y me dice que me esperan arriba para mi primera sesión de fotos, que me la va a hacer una chica nueva y que tenga mucha suerte. Le doy las gracias y le dirijo una sonrisa fingida. Me subo al ascensor y me dirijo a la planta número tres. Llego y un chico muy guapo me indica que la fotográfa me espera en su despacho para ver lo que me tengo que poner. Guau, Lu no lleva ni una semana y tiene despacho, flipante. Me dispongo a llamar a la puerta del despacho de Lu, cuando oigo risas dentro, llamo a la puerta y ella me pide que pase. Abro la puerta y veo a mi hermano sentado en un sillón mirándome y a ella mirando el ordenador. Cuando se da cuenta de que soy yo me mata con la mirada.
