Dos semanas, han pasado dos semanas desde que tuve aquella cita perfecta con Harry, dos semanas desde que le entregué mi tesoro más preciado a la persona más importante para mi. Dos semanas desde que me enteré de que Perrie y Guille iban a ser papás. A Blanca se le desencajó la mandíbula cuando le conté lo que hicimos Harry y yo. Hoy vamos al aeropuerto a por Marta, mi prima. Viene a pasar el resto del verano con nosotros. Ella es de estatura media, morena, con el pelo por encima de los hombros, es morena de pelo y de piel. La verdad, es muy guapa, no lo puedo negar.
-¡Peque, Hazz está aquí, baja que no llegamos!- grita Louis. Yo como siempre, sigo en la cama. Me levanto perezosamente y bajo a desayunar, aun en pijama. Un pijama un poco pequeño, con una camiseta de color rojo, y unos pantalones blancos con corazoncitos de color rojo. Mis zapatillas con forma de cerdito, tampoco es que me sirvan de ayuda.
-Manzanita, me encanta tu look.- dice Harry riéndose. Mi hermano suelta todo el café de golpe, riéndose.
-¿Que narices es "manzanita"?- dice el aún sin parar de reír.
-Yo soy manzanita, y no te metas con mi novio. - digo yo abrazando a Harry, quien le saca la lengua como un niño pequeño a Louis.- Y tu, no te metas con mis pijamas.
-No, si tu pijama es mono, pero tus zapatillas me encantan.
-Que te digo que no te metas con mis cerditos.- el se ríe.
-Si te he dicho que me encantan.
-Vale, pero cuando tenga a Edwarry, no te dejaré verlo.
-¿A quien vas a tener tu? Mira que no acepto demasiado tu relación con Harry, así que si se te ocurre traerme a un "Ewirry" a casa, lo hecho a patadas.- dice mi hermano, que ha dejado de reírse.
-No, tonto, para empezar es un cerdo, no una persona, y para seguir se llama Edwarry.
-¿Y tu para que quieres un cerdo?- pregunta Blanca saliendo del baño, no sabía que estaba aquí.
-Buenos días a ti también, y quiero un cerdo para pasearlo por ahí. ¿Tienes algún problema?
-Nooop, a mi me encantará tu cerdo, ya verás.- ella me da un beso en la mejilla y se levanta.- Voy a tu cuarto a sacarte la ropa, cuando te termines el desayuno, subes.- dice ella.
-Valep. ¿Qué tengo de desayunar?- le pregunto a Louis.
-Un café y dos tostadas.- me responde poniendo un plato delante de mí. Abro la boca para protestar, pero no me deja. Me tomo mi desayuno en silencio entre las bromas de mi hermano y de mi novio y subo a mi habitación. Blanca está tumbada en mi cama, jugando con su móvil.
-¿No iba que me ibas a preparar la ropa, guapa?- le digo.
-SI, ya te la he preparado, guapa.- me responde. Y efectivamente, en los pomos de las puertas de mi armario, están colgados en una percha unos shorts vaqueros y en otra percha un camisa de manga corta roja. En el suelo encuentro unas converses azules marino y mis ojos se iluminan.- ¿Qué te pasa?
-Te quiero.- le digo dándole un abrazo.
-Lo sé, pero ¿A que viene esto de que me lo digas ahora?
-Cada vez que me sacas la ropa me sacas un vestido, y pensaba que me ibas a prohibir ponerme mis converses nunca más.
-Buf, pensaba que era algo mas importante.- me da un beso y se va de mi habitación. Yo me cambio rapidísimo y me vuelvo al salón.
-Madre mía, que lenta eres, menos mal que te hemos despertado una hora antes que si no..- dice mi hermano.
-Espera.... ¡¿Me habéis despertado una hora antes porque sabíais que iba a tardar?!- pregunto incrédula.
