Cueste lo que cueste

2- Abre los ojos.

Rose.

Toqué la gran puerta de la mansión de Sawyer, mierda esté chico debe superarla ya.

Un año y seis meses, desde la muerte de Anne. Si, ella fue el amor de su vida, si, ella siempre estuvo ahí, si, ella fue su primer amor, si, ella era su prometido, si, estaban a 2 meses de su boda, si, planeaban una vida juntos. Lo sé. Todo eso lo sé, pero al igual de un año y seis meses de su muerte, también han sido un año y seis meses de llanto, mirar paredes y ventanas por horas y horas. Insomnio, querer quitarse la vida, tristeza absoluta, pesadillas, días en el cementerio, falta de alimentación y falta de amor por la vida.

Él es mi mejor amigo y he estado aquí siempre pero..., vamos es hora, no de superarla y dejarla en el olvido, pero si de seguir con su vida. Anne no va a volver, nunca va a volver, hasta que él muera, o quien sabe si eso es verdad.

Toqué otra vez.

Nada.

Toqué de nuevo, me estoy desesperando.

Nada.

Toqué de nuevo, seguro y ya me había visto en el tele-comunicador.

Pero aún así nada.

Última vez.

Nada.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. No quería hacer eso Saw, en serio, tú bien sabes que hago cualquier mierda por evitarme problemas, pero te estás llevando a tu autodestrucción.

Saco la llave que saqué cuando ''accidentalmente'' se le cayó y yo le saqué copia.

Logro abrir la puerta y entrar a su casa, una mansión muy a lo Londres, grande y rústica, hermosa. Posteriormente logro entrar a su gran y oscura habitación. Su habitación tiene las paredes llenas de fotos, detalle que aprecié mucho cuando me dijo su idea. Desde que estábamos pequeños empezó con esta colección de fotos, en la cuarta pared, que es la de su vida universitaria, hay infinidad de fotos de la hermosa Anne. Esa pared no ayuda de mucho.

—Debo cambiar la cerradura.—Dijo cansado de la vida—Y conseguir otra mejor amiga, esta no me está sirviendo de mucho.

—Ya quisieras, me amas y lo sé.

—Si, te adoro—Dijo con totalmente fingida felicidad.

—Lo sé—Dije con el mismo tono.

Ríe un poco, bueno, fue un intento de risa, pero algo es algo.

—Ugh, aquí apesta a cerrado.

—¿A qué apesta lo cerrado?—dijo enterrando su rostro entre sus manos, frustrado.

—Justo como huele aquí.—dije asqueada.

Yo hablaba como loro, tratando de ponerlo al día con lo que pasaba en el mundo exterior. Pero él solo asentía, este no era el cuerpo de mi mejor amigo, este era un cuerpo sin sentimientos. Es triste realmente ver a tu mejor amigo hundiéndose en un pozo de depresión en el que, aunque le lances una cuerda, no lo logras sacar.

No lo soporto. Una solitaria lágrima cae sobre su mejilla cuando ve una foto de Anne sonriéndole a la cámara. Como dos tonto enamorados, justo así se ven, como dos tontos enamorados.

Sigo dando vueltas en el cuarto ordenándolo, ignorando ese hecho. Abro las ventanas que estaban cubiertas por unas telas gruesas de color negro, impidiendo el paso de los rayos de sol. En tanto la abro el entrecierra sus ojos molesto por el sol. Por Dios, un rayo de sol. ¿Desde hace cuánto no ve uno?

Me cansé de esta mierda de mí muriendo de lástima, esto ya no es vida.

—¡Suficiente!—Digo dejando caer unos libros al suelo, totalmente enojada.— Basta, un año y seis meses de verte como un ser sin corazón y sin vida, ¡quiero a mi mejor amigo de nuevo!