Prologo

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Estaba sentada en el sofá de cuero blanco, Miraba la película que poco a poco se volvía más aburrida. El olor nauseabundo se volvía cada vez más sofocante, inundaba la sala, las náuseas se volvían más frecuentes.

Mi hermana Savahana estaba en la cocina, preparando unos asquerosos vegetales frescos, debería empezar a correr sino quería probar brócolis con una salsa de Albahaca.

Mire como Savahana salía con un gran plato apretado a sus manos. Se veía pesado y con mucha comida.

Ella me miraba esperando a que me acercara al comedor.

Savahana tiene veintiún años, Esta en el tercer semestre de la universidad.

Empecé negar y me levante de un tirón

-Cami- Se quejó.

-¡No!- grite – ¡eso es muy asqueroso!- chille mientras empezaba a evadir a Savahana

-¡Camille!- grito fuertemente en forma de reproche.

-No me gusta- chille haciendo una pataleta.

Mi hermana se veía irritada con mi berrinche pero su ceño fruncido no la hacía ver menos atractiva. Los rulos de Savahana caían como cascadas de oro hasta sus hombros, Savahana era alta y esbelta, su cabello de oro me recordaba al mío, pero había una diferencia. Mi cabello es lacio y mis pequeños ojos azules, mientras que los de ella verdes aceitunados.

-Ven, haremos un trato- dijo ella remplazando su ceño fruncido por una sonrisa.

Bufe y me acerque dudosa.

-¿Qué?- pregunte brusca.

-Si te comes todos estos vegetales, te prometo que te comprare un helado de frambuesa- sonrió

Trate de hacer mi rostro como el de mi padre, completamente de negocios, pero... no quería ser igual a él, no olvidaría a mis hijos jamás y los dejaría con su hermana mayor siempre.

Y bueno, mi madre era igual de olvidadiza con su responsabilidad... yo era su responsabilidad o mejor dicho su "carga".

-¿Lo prometes?- pregunte ilusionada por ese riquisimimo helado. Ya podía saborear la acides dulzona y fría. Ummm... Frambuesas.

-Jamás he incumplido una promesa- sonríe con cariño.

-Tienes razón- reí.

Empecé a comer mis vegetales frescos, no sabían tan mal después de todo, Comí primeros mis brócolis y aparte las zanahorias para después, Comí la salsa de Albahaca y luego la espinaca cortada. No mentiré odiaba con toda mi alma la espinaca, más de una vez mientras la saboreaba me dieron arcadas, pero hice mi mayor esfuerzo por no vomitar... quería mi helado de frambuesas.

Al terminar mi cena corrí a cepillar mis dientes y cambiar mi camisa a una rosada.

Baje y Al entrar a la cocina Savahana tenía sus músculos tensos y miraba fijamente su teléfono celular, el pánico estaba en sus ojos.

-¿Estas bien?- pregunte acercándome preocupada.

Ella me miro y su rostro naturalmente pálido ahora estaba amarillento. Me dedico una sonrisa cálida y asintió.

-Sí, es solo que...- ella dejo las palabras en el aire porque un nuevo mensaje había llegado, su cuerpo se volvió a tensar y observo el celular, decidió abrirlo- Es un chico, mucho menor que yo, pero... vaya se ve mayor para su edad, es muy guapo, pero creo que tiene traumas, o algo parecido, creo que está muy enamorado de mí, bueno... enamorado no es la palabra, más bien diría obsesionado o encaprichado- ella soltó una risa- Me da un poco de miedo- hizo una mueca.

Looking DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora