Otra asquerosa navidad junto a la familia de mi padre, bueno... Era la primer navidad que pasaba con él ya que lo conocí hace relativamente poco pero ya conozco a toda su familia y todos son un dolor de ovarios y cabeza que me toca a mi soportar. Tenía tíos por todos lados, los abuelos más los primos que eran como treinta.
Bueno, exagero. Sólo es que la mayoría son muy pequeños y tres gritan como noventa. Luego están los presumidos y sus amigos. ¡No los soporto! Especialmente al imbécil de Justin y sus amigos.Justin era un marginado social junto a sus amigos. Amante la informática, las matemáticas y los comics. Usaba gafas de pasta enormes y por lo que había oído... Era alérgico hasta al oxígeno. Y por eso mismo se creía superior a cualquier mosca mundana que pisase el universo. Vaya... ¡Algunos tendrían que mirarse en el espejo!
-Papá... Hay una fiesta en casa de Lara. Tal vez si me dejaras...
-No. Mi familia quiere pasar tiempo contigo.Hice los ojos en blanco y suspiré cuando aparcó en la enorme casa de los abuelos. La casa estaba plagada de coches y de música navideña demasiado alta. Dios santo, éramos el hazme reír de todo el barrio.
Miré hacia mi vestido. Tenía un muy bonito vestido negro que compré en Zara por nada más y nada menos que quince dólares, una ganga total. Mi vestido debería estar exhibiendose en una fiesta... Aquí no. Con la familia asquerosa que tengo no.
Bajé de mala gana y mi padre me pasó el brazo por el cuello y con una enorme sonrisa caminó hasta la entrada. Oh dioses, si me salvais de esta me hago monja.
Entré y lo siguiente fueron sonrisas falsas, abrazos y besos fingidos. Todos eran muy amables pero me ponían de los nervios.-_________ cariño -dijo mi tía Pattie-. ¿Te importaría subir a buscar a Justin? Está un poco desconcertado con la fiesta. Sois de la misma edad, os entendéis mejor que nadie.
Esa mujer era una dulzura. Asentí encantada por la sutileza con la que me trataba y subí lentamente buscando de habitación en habitación.
-Justin -lo llamé antes de abrir la puerta.
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Maldita sea. Cerré la PC tan rápido como pude. Tiré el móvil detrás de mi y la miré entrando en la habitación.
Tuve que subirme las gafas y mirarla disimulada de pies a cabeza. Ese vestido le sentaba tan bien y dejaba tanto a la imaginación. Si sigue mirándome así creo que me pondré duro.
-Justin.
Su dulce voz va a ser que me corra con los pantalones puestos.
-Pattie quiere que bajes, ¿Te apetece?
Mierda. Mi oportunidad para hablar con ella. Está bien cerebro prodigio, ella está siendo muy amable, no lo arruines como siempre.
-¿Acaso tú quieres bajar? -ya estaba hasta ronco.
-La verdad es que no -suspiró-. Estaban preguntando sobre mi vida privada.¡Vaya! Es preciosa.
-¿Nos quedamos un rato aquí? -sugirió dulcemente.
Asentí nervioso. Vi que se acercó al interruptor y encendió la luz. Me quedé hipnotizado por como la tela resaltaba sus atributos. Me relamí los labios cuando se sentó a mi lado y cruzó las piernas. Oh dios, me imagino lo qué se apretuja entre esas piernas.
Tomé las distancias por respeto pero me moría por tirarla a la cama y hacerla mía.
-Qué guapa -dijo mirando mi teléfono.
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