...HECHOS...

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— jejejejejeje...

Finizterra se reía cada vez más macabramente, mientras se repetía para si mismo "los eliminaré" con una voz parecida al golum.

Las cadenas se apretaban cada vez más, la muerta se notaba cada vez más adolorida, y las cadenas se enrojecían cada vez más de prisa...

— JA!!! —gritó Finizterra satisfecho.

Cerró sus puños alrededor de las cadenas que emergían de sus mangas y tiró de ellas. Las del suelo se enterraron a la velocidad de un taladro, y las de los pilares se encarnaron más a sus soportes.

Cerré mis ojos para evitar ver lo que sucedía mas entras escuchaba un sonido similar al de huesos rompiéndose.

Finizterra empezó a reírse en voz baja y más calmado.

Yo abrí los ojos lentamente, listo para la peor de las escenas...

La niña y su sombra seguían atados como antes, con la diferencia que la sangre corrió por enormes canales atraves de los eslabones.

— jeje —Finizterra se reía como si la imagen ante nosotros no fuese tan perturbadora... Como si de un chiste se tratara...

De pronto, los eslabones se agrietaron y se rompieron todos y cada uno, liberando a sus prisioneros.

La niña quedó acostada en el suelo un rato mientras yo la miraba dudoso, su sombra se desplomó al suelo, y desapareció en cuanto lo tocó (lo que hacen las sombras si deja de necesitarseles o quedan fuera de combate).

— ¿Te asustaste? —preguntó Finizterra burlón, pero su expresión cambió al ver que yo no respondía— espera, ¿encerio pensaste que yo iba a..... Iba a..... Matarlos?

Por el tono su tono de voz y su expresión supe que se había ofendido, hací que reaccioné rápidamente y negué con la cabeza.

— no, es solo que....... Me asuste porque pensé que te habías vuelto loco...... Eres buen actor —dije apresurandome para que no se enojara mucho.

— gracias —dijo un poco sonrojado— la verdad es que nadie...... Nadie me ha dado un cumplido antes.

La niña se levantó poco a poco, sus brazos parecían un poco mayugados, pero no pude ver cortes en su piel, y parecía tener todos los huesos en su lugar, y jadeaba cansada, su cabello estaba revuelto y su cara un poco ennegrecida por un poco de óxido que tenían los eslabones.

— (jadeo) no creas (jadeo) que me has vencido.

Finizterra se cruzó de brazos y sonrío mientras la niña intentaba invocar su sombra sin más resultado que cansarse.

— No desperdicies tu tiempo, no lograras nada.

— ¡Cállate infeliz! No dejaré que me ganen tan fácil.

Finizterra empezó a ronronear como un gato divertido mientras la niña seguía intentando invocar el Az de Espadas.

— ¡Detente estúpida! Mis cadenas presionaron tus cerraduras bloqueando tu poder temporalmente, así que no podrás hacer mucho hasta la semana que viene.

La muerta corrió hacia mi lista para arañarme los ojos.

— Ya basta —exclamó Finizterra aburrido.

Extendió una su mano derecha, y su cadena salió disparada hacia nuestra enemiga. Yo levanté una mano deteniendolo, él asintió, tomó su cadena para detenerla, y poco a poco se envolvió de nuevo en su escondite.

Levanté mi mano izquierda y le pedí a Finizterra algo con que golpearla, el metió su mano en el bolsillo y rebuscó hasta dar con algo. Sacó su mano junto con una baraja de cartas, las barajó y sacó una que estaba justo en el centro.

Hechos de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora