Mi madre y yo habiamos llegado a Madrid hace unas horas. Estaba muy cansada, y algo fastidiada. Honestamente, estaba molesta con mi madre. Me hizo dejar todo atrás en cuestión de horas...Apenas y logré despedirme de Jessica...
Ibamos en el coche, camino a nuestra nueva casa. Suspiré pesadamente al sentir que el coche de pronto paró, habíamos llegado.
— Venga, _____...Hemos llegado. — dijo mi madre, amigable.
Bufé y bajé del coche, azotando la puerta al salir. ¿Qué hice yo para merecerme ésto? Nada, no había hecho nada...Entré a la casa seguida de mi madre.
— Tu casa está arriba, a la izquierda. — dijo ella, cabizbaja.
No dije nada y subí rápidamente las escaleras con la caja dónde tenía todo y a la vez nada. Cerré la puerta con fuerza y dejé caer mis cosas al suelo, comenzé a llorar sin consuelo alguno. Mamá entró rápidamente a mi habitación y se lanzó a abrasarme fuertemente.
— Lo siento tanto hija...— dijo ella, con pena.
Asentí con la cabeza y me puse de pie. Tomé mi cámara de la caja y salí de ahí después de decirle a mi madre que daría un paseo. Salí de ahí, con la esperanza de no perderme. Caminé por la calla, desviándome hacia un hermoso parque. Sonreí levemente, y comenzé a sacar fotos. Caminé un poco más, hasta encontrar un árbol enorme, hermoso. Coloqué mi cámara frente a mis ojos, intentando pillar un ángulo perfecto, al no encontrarlo, me eché levemente hacia atrás. Hasta que choqué con alguien.
Me giré hacia aquel chico, y noté que le había derramado el café encima.
— Joder...— susurré. — L-lo siento mucho, no me fijé por dónde iba...
Subí la mirada, encontrándome con la suya. El era muy guapo. Tenía los ojos miel con tonos verdes, el cabello rubio oscuro, y una hermosa sonrisa. Era muy alto, tenía que ver para arriba.
— No es nada...— sonrió.
— ¿Qué tal si te invito otro café? — dije sonriendo levemente.
Él asintió mordiéndose el labio. Yo asentí igualmente. Él me dijo que cerca había un café, así que fuimos para allá. Cuándo estábamos a punto de llegar, él se quitó su sudadera, dejándose ver en una camisa negra...Se veía tan...
— ¿Cuál es tu nombre? — dijo él.
— _____, _____ Miller.
— Rubén Doblas — estrechó mi mano. — Vaya manera de conocer a alguien...— rió.
Entramos a aquel local y ambos pedimos un café.
— Son 5 euros. — dijo el chico.
Saqué mi cartera pero él ya había pagado. Lo miré con la boca abierta, intentando decir algo. Pero él se adelantó.
— Ya que he pagado yo...— rió— tendrás que recompensarlo acompañándome con el café.
Yo asentí después de unos segundos dudándolo, él sonrió y caminó hacia una mesa que estaba al fondo de aquel lugar. Nos sentamos, él se sentó frente a mí.
— ¿Eres de aquí?
Negué con la cabeza, dándole un sorbo a mi café.
— Soy de Barcelona.
— ¿Y cuándo te has venido?
— Hoy mismo...— dije tras un suspiro.
— ¿No te gusta?
— No me encanta...— alzé los hombros. — Allá tenía todo, ¿sabes? — dije tomando confianza.
— Ya...me pasó los mismo. Mi madre me arrastró de Noruega para traerme aquí. — rió bebiendo su café negro.
— ¿Noruega? Jo...
— Si...
Hubo un leve silencio, ambos bebíamos de nuestro respectivo café mientras, de repente, hacíamos contacto visual. Mi móvil comenzó a sonar, me disculpé y contesté.
— ¿Hola?
— ¿____? Te necesito en casa, por favor.
— Voy para allá...
Colgué y miré a Rubén, quién sonreí inmensamente.
— Tengo que irme.— dije poniéndome de pie. — Fué un placer, Rubén.
— ¿Tan rápido? — sonrió de lado. — Vale, no me ha dado tiempo de hacer mi movida...— se puso de pie.
Estiré mi mano, con intención de despedirme formalmente. Rubén rió y la estrechó, pero, tirando de ella, me acercó a él y besó la comisura de mis labios con suavidad, para después susurrar en mi oido.
— Espero que nos veamos luego, ____...
Y dicho ésto, se fué. Salió por la puerta, caminando firmemente, con la cabeza en alto. Suspiré intentando reaccionar a aquello. Agité con la cabeza y salí de ahí yo también. Volví por dónde me fuí, llegando a mi...casa.
— ¡He llegado, mamá! — dije entrando.
— Hija, ¿cómo te ha ido? ¿Te ha gustado?
Sonreí al recordar a aquel tío...A Rubén.
— Si, algo...— dije intentando sonar indiferente.
— He hablado con el director de tu nueva escuela, mañana podrás entrar...— giré los ojos —. No hagas eso, _____. Que tienes que asistir lo más pronto posible. Anda, que te he comprado los libros y una mochila, organízate.
Asentí con la cabeza y cogí la caja con libros y mi nueva mochila. Subí a mi habitación remarcando con fuerza cada paso que daba, mostrando mi enojo. Cerré la puerta con seguro, me coloqué los cascos y puse My Chemical Romance a todo volúmen. Comenzé a organizar todos mis materiales en mi mochila. Una vez todo listo, me fuí a la cama.
¿Quién coño eres, Rubén?
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Sr. Doblas (Rubius & Tú) | HOT |
Fanfiction______ Miller era una estudiante de 17 años, que por el trabajo de su madre, tuvo que despedirse de Barcelona para mudarse a Madrid. Nueva escuela, nuevos amigos, y un nuevo profesor de matemáticas. La vida de _____ se complicará al caer profundam...