Sé que te suena familiar, algún monstruo que se encuentra bajo tu cama, que tal vez, si sacas una mano, o dejas colgar tu pie en la orilla de la cama, alguien o algo, lo tomará. tal vez, los niños que dicen, que hay un monstruo debajo de su cama, estén en lo cierto, solo que los adultos, no confían, no creen. Por lo que. O los pueden ver, es probable, que no sea solo un monstruo.
Esta es la historia de Ann, la niña que habita bajo tu cama.
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Ya era de noche, estaba en el cuarto de mi hijo, ya era tarde, estaba dormido, le di un beso en la frente y su bendición, ya me ida, pero me jaló de la ropa y susurro <No te vallas>
-Pensé que ya estabas dormido.
-Bajo la cama- Volvió a susurrar
-¿Qué hay bajo la cama mi amor?
-La niña
-¿La niña?- Cuando termine de decirlo se escucho un golpeteo en la cama de mi hijo, por lo que saltó.
-Si, dice que se llama Ann, y que es buena, pero, a mí me asusta.
-No pasa nada hijo, no hay nadie bajo la cama- En eso me asomo, y veo como una niña, al parecer muerta, me sonreía, estaba en una posición extraña, con las puntas de los pies y sus manos en el piso, cuando me sonreía giraba la cabeza ligeramente, tenía un tono verde, el cabello negro y vestido blanco, con manchas rojas. Me levante lentamente. Y mi hijo ya no estaba. Solo había una rosa negra, marchita.
