El domingo pasó rápido y sin distracciones, pues no salí de mi departamento, ya que tenía miedo de que alguien estuviera espiándome para " marchitar mi vida", ya lo sé, que cumpleaños más triste, pero así fue, no hay nada que yo pueda hacer para cambiarlo. El lunes tuve que armarme de valor y continué con mi rutina, madrugar e ir a la universidad. La mañana empezó ajetreada,llena de trabajos y exposiciones. En el descanso del almuerzo, fui a sentarme en el mismo lugar de siempre y sola, pero Mario, un conocido y compañero de carrera, se interpuso en mi camino:
¡Eh, Mayalen! ¿Me esperas?- dijo mientras se acercaba- perdona que te interrumpa, pero quiero conocerte mejor, llevamos casi un mes de universidad y no te relacionas con casi nadie, todos aquí te conocen como la chica enigma.- argumentó.
¿Es enserio, ya están poniendo apodos sin conocer?- contesté- Perdona mi tono, es que simplemente soy muy tímida, ya sé que es raro a esta edad, pero la verdad es que temo que me juzguen, aunque hoy en día juzgan sin saber, me da miedo que alguien que quiera conocerme pierda el interés en cuanto abra la boca- terminé de decir.
Eso no pasará tranquila, a mí me pasó lo mismo cuando entré y no conocía a nadie, pero supongo que se me da bien eso de socializar con los demás sin que la timidez me pueda- me comentó.
El resto de la hora pasó rápida y entre charlas gracias a mi nuevo amigo Mario. La verdad es que pude entrar en confianza con él en apenas unos minutos, es un chico muy extrovertido y simpático, y lindo, también es lindo... Pero no tan lindo como el enigmático Erick...
Al salir de la universidad me propuse volver a casa y eso hice, cogí el autobús y me bajé en la parada de siempre, la que está al lado del solitario parque. Al pasar por el parque me pareció ver a Erick caminar muy deprisa hacia el callejón que estaba justo al lado. Para comprobar si realmente era él, decidí seguirle. Al llegar al callejón descubrí que sí era Erick, pero no estaba solo, otro chico también de ojos verdes y moreno estaba junto a él. ¿Sería quizás su hermano? La verdad es que guardaban cierta similitud.Decidí no seguir escondida e irme, no debería importarme lo que un, prácticamente, desconocido hiciera o dejara de hacer. Salí del callejón con éxito, ya que ninguno de los dos parecieron verme, así pues llegué a mi departamento. Nada más llegar almorcé y, a continuación, decidí darme una ducha caliente, para remediar el frío y quitarme el estrés del día. Salí de la ducha y al poco tiempo, tocaron el timbre. Me pareció muy raro que llamaran, pero decidí abrir pensando que tal vez se tratara de algún vecino nuevo.Pero mi sorpresa fue que, al abrir, no había nadie, tan solo una nota que decía así: "No digas que no te lo advertí." Esta nota era más corta, mas no entendía a qué se refería. Sin darle demasiada importancia, ya que seguramente sería la nota de algún bromista y no quería ser tan tonta y asustadiza como lo fui con la otra nota, decidí seguir con mi plan de un lunes por la tarde: estudiar, hacer proyectos y ver un maratón de alguna de mis series favoritas. La verdad es que me encantaban las series de acción y de policías, así que entre mis series favoritas no podían faltar CSI, Castle, Mentes Criminales y alguna que otra más. Sinceramente, me hubiera gustado estudiar criminología, pero eso era algo que en España, mi país, no tenía mucha salida, así que opté por estudiar derecho, ya que, de esa manera, seguiría haciendo algo que realmente me apasiona, la justicia. En mi tiempo libre suelo escribir pequeños poemas o fragmentos de cualquier cosa que vengan a mi mente, pero sé que es algo de lo que no viviré y yo debía ser realista, además escribir es algo que hago por placer propio,sin agobios, sin obtener algo a cambio, y es algo que realmente me apasiona, y la verdad es que suelo dejar abandonada mi pasión durante bastante tiempo, pero en el momento en el que mis manos tocan las teclas del ordenador o escriben algo en un papel en blanco simplemente no puedo parar, es una sensación realmente reconfortante y difícil de explicar y que solamente aquellos que comparten tu pasión pueden entender.
Bueno, prosigamos, que suelo enrollarme y desviarme del tema, el resto de la tarde pasó medianamente soportable y sin darme cuenta llegó el martes.
Por una vez en mi vida, me levanté a una hora aceptable y llegué con tiempo de sobra a coger el bus. En la parada siguiente se subió una bajita rubia de ojos marrones y se sentó a mi lado, haciendo más ameno el trayecto a clases.
-Oye, ¿cómo te llamas? Realmente olvidé preguntártelo, soy muy despistada como ya habrás notado- me preguntó la chica.
-Oh claro, yo también lo olvidé, soy demasiado vergonzosa que acabo metiendo la pata. Mi nombre es Mayalen, ¿ y tú como te llamas?- le dije, la verdad es que me había caído demasiado bien.
-Yo soy Nerea, un placer. Espero verte pronto- se presentó- ¿por qué no intercambiamos nuestros números de teléfono? Realmente quiero seguir en contacto contigo, chica pelirroja.
-Y yo contigo, rubia de bote- dije picándola.
-¡Oye! Que mi color es natural, eso es todo envidia-.
-Ya, claro que sí, sigue pensando eso rubia de bote.
Al final ambas nos dimos nuestros números de teléfono y nos fuimos a nuestras respectivas clases, ya que era la hora de entrar. Nerea me había caído muy bien y espero seguir en contacto con ella, ya que, además, no tenía amigos aquí exceptuando a Mario.
_____________________________________¡Hola! Me gustaría que me dieran su opinión y que si ven alguna falta ortográfica en alguna palabra me lo hagan saber para poder rectificarla
ESTÁS LEYENDO
Erick
AcakLas especulaciones sobre mi nombre estuvieron en boca de muchos durante un tiempo, el suficiente como para que todos supieran mi nombre. Pero solo sabían eso, mi nombre, ellos jamás llegaron a conocer mi historia, más bien, nunca tuvieron interés en...