Es una criatura oscura, malvada e increíblemente inhumana que se alimenta de cerebros de humanos, elfos y otros humanoides. También es conocido como illithid o ilícido.
Físicamente tiene la piel de color malva y de su boca salen 4 tentáculos parecidos a los de un pulpo. En el combate, usa uno o más tentáculos con los que golpea el cerebro de su adversario hasta que llega el momento en que tira de él y mata a su víctima.
Desuellamentes, de Eva WidermannSu enorme inteligencia tan sólo es comparable con la de un dragón rojo o dorado. Además, sus poderes mentales convierten al desuellamentes en una de las criaturas más peligrosas del subsuelo. Este poder mental es capaz de esclavizar incluso a los seres más fuertes y poderosos.
Los desuellamentes tienen telepatía y se comunican así con las demás criaturas. Su inmenso poder mental les permite levitar, hechizar a monstruos y personas para quitarles la voluntad, proyectarse astralmente y cambiar de plano.
Su sociedad está compuesta por grupos grandes de illithids y sus esclavos. Residen en comunidades en las que existe un "Cerebro Anciano", que no es más que un fluido cerebral procedente de los cerebros de los desuellamentes muertos. Se comunican con él mediante telepatía y éste les avisa de la presencia de intrusos. Utilizan a los esclavos para el mantenimiento del "Cerebro Anciano".
Los desuellamentes no tienen sexo, pero son capaces de producir descendencia dos veces en su vida. La vida media de estos seres suele ser de unos 125 años.