Regla número uno: Jamás enamorarse de su hijo asignado.
Regla número dos: Jamás hacer magia frente a mortales.
Estas eran las reglas más importantes del mundo mágico; pero, ¿Qué pasa cuando alguien las rompe?
Pues Alison, junto con un confundido a...
Un gran arcoiris en forma de puente fue lo primero que los ojos de Alison lograron distinguir.
Michael sollozaba, Luke miraba a todo mundo con odio, Calum caminaba en silencio, y no es que tuviera miedo o algo por el estilo, es que había artado a Ashton con tantas preguntas, y este, había chasqueado los dedos para aparecer una cinta adesiva en su boca.
Por otro lado, Alison no sabía que hacer. La mitad de ella estaba sorprendida por el mundo mágico. Era impresionante, todo era enorme y había un montón de personas que parecían de su edad pero todos portaban alas y coronas. Sin mencionar sus coloridos cabellos. Eran de todos los colores, rojo, amarillo, morado, gris, étc. Incluso vió a un chico guapisimo de cabello azul.
Pero este no era momento de complacer a sus hormonas de adolescentes. Estaba preocupada, la mayor parte de su vida había sido un asco, pero todo cambió cuando esos chicos aparecieron (literalmente) en su cámino. Ahora no sólo podía vengarse de su estúpida hermana, si no que había encontrado a un mejor amigo y a un guapo idiota que concedían lo que ella pidiera. No podía perder lo único que le brindaba felicidad a su vida.
Siguieron caminando por el colorido pueblo, aparentemente, Ashton los guiaba a un gran edificio rosa, el cual estaba completamente alejado de todo lo demás.
El cámino para llegar al edificio constaba de varias nubes flotantes. Ellos las cruzaron rápidamente, ya que Alison practicamente se montó en la gran espalda de Ashton por miedo a caer y morir.
-Ya puedes soltarlo -dijo Luke con hostilidad.
-Personalmente, me siento más segura desde aquí -se defendió la rubia, quien seguía con los ojos cerrados.
-Pero, Ali, ya cruzamos- dijo Michael mientras sorbía de su nariz.
-Por mi está bien- dijo Ashton con una sonrisa, haciendio que unos adorables hoyuelos se hicieran presentes.
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La cara de Luke se tornó roja, igual que las mejillas de Ali. Así que simplemente bajó de la espalda de Ashton y permaneció con la mirada agachada mientras el rubor de sus mejillas se esfumaba.
Frente a ellos se encontraban un par de enormes y doradas puertas. Alison y Calum las contemplaban con los ojos abiertos. Por otro lado, Luke tenía una expresión seria y el llanto de Michael se intensificó más; lo que hizo que Ali se preguntara que era exactamente ese lugar.
Ashton los condujo dentro. El edificio estaba completamente solo, o eso parecía. No había ni un pequeño ruido, nada que delatara la presencia de alguien. Eso ocasionó que los nervios de Ali se pusieran de punta. ¿Y si el castigo que les darían era evaporizarlos? Por eso Ashton los había traído a un lugar abandonado. ¿Y si los convertían en elefantes y los obligaban a trabajar toda su vida en un circo? Ok, eso sonaba estúpido. Pero, hey, era el mundo mágico podían hacerles cualquier cosa. ¿Cierto?
Bueno, ahora si estaba asustada. Apresuró un poco su paso hasta llegar a lado de Luke y lo tomó fuertemente de la mano. El rosado lució sorprendido al principio, pero después su semblante se relajó. Volteó su rostro para mirar a Ali y le sonrió dulcemente. -No te preocupes, saldremos de esta - le susurró. Alison simplemente asintió, no estaba segura de que pudieran hacerlo, pero no lo diría en voz alta.
