El despertador marcaba las 6 de la mañana cuando tenues rayos de sol se escabullían entre las cortinas beige con detalles dorados contrastando con las paredes blancas de aquel cuarto, iluminándolo de tal forma que despertó a Do KyungSoo.
El joven estiró los brazos con pereza antes de fijar la vista en el pequeño umbral responsable de dejar pasar la luz que lo sacó de su ensoñación antes de apoyarse en sus codos para levantarse de entre los cálidos edredones color marfil.
Tenía la mirada perdida y los cabellos alborotados los cuales trataba de acomodar con los dedos pero estos volvían a su posición inicial con persistencia, cuando se encaminó a pasos lentos hasta la cocina.
Apenas sus pies tocaron ese lugar de la casa fue recibido por dos hermosos perros labradores, uno de ellos levanta sus patas delanteras apoyándose en el pequeño cuerpo de su amo, como si le estuviese dando los buenos días con un abrazo.
-¡Hola pequeños...! appa Kyung ya les dará de comer ¿sí?– Entre mimos y caricias al suave pelaje de aquellos animales se dirigió al estante en donde guardaba el alimento de sus mascotas.
Si no fuera por ellos el pelinegro no saldría de la cama salvo para ir al baño y una que otra vez cuando su editor lo visitara por temas de trabajo.
Kyung era un escritor famoso, pasó un año desde que firmó contrato con una importante editorial por lo que, aunque su rostro no fue revelado al público, sus obras llenaron de emoción los corazones de miles de personas. Este trabajo le permitió permanecer en su hogar y no tener que preocuparse por el caótico ritmo de la ciudad.
Soo amaba tanto a sus mascotas que los trataba como si fueran sus bebes, según su madre si llegase a amar a alguien como a ellos dejaría de ser un triste soltero. Kyung solo ignoraba esas palabras, asintiendo de maneta condescendiente mientras rogaba que no se le ocurriera a esa preocupada dama traer un día de esos, los pretendientes a la puerta de la casa, eso sería tan propio de ella.
El sonido del teléfono hizo que dejara a sus adoradas criaturas, no antes de servirles el alimento en sus platos, corrió a contestar.
-Omma... -Teniendo en cuenta la hora ni siquiera hacía falta preguntar, las llamadas de su madre ya eran parte de su rutina matutina.
-Mi querido Kyung, ¿Cómo estás? ¿Te estas alimentando bien? ¡Oh! me siento tan mortificada por ti, estás solito en esa casa tan apartada ¿al menos tienes vecinos? podrías haberte mudado a un vecindario más poblado.
-Omma... sabes que es conveniente para mi trabajo, si alcanzan a distraerme no puedo volver a concentrarme – Se excusaba entre suspiros, todos los días era la misma réplica.
-¿Pero cómo conocerás a alguien viviendo así? Podrías ser más como tu primo Baek, él es tan abierto con todo el mundo ¡Oh a propósito! ¿Sabes que se casará en tres meses? Deseo tanto que alguien especial te acompañe ese día.
-Pero omma, ¿cómo quieres que haga para conocer a alguien en tres meses?
-no lo sé amor, sal, comparte con el mundo. Eres un chico adorable y estoy segura que llamaras la atención de cualquier chica o chico que aparezca. Kyungie, yo no voy a vivir por siempre y quiero conocer a mis nietos antes de partir, si no llegas a la boda con una pareja, te voy a conseguir una - Amenazó con suma seriedad, sabiendo que su hijo tomaría en cuenta sus palabras se despidió y corto la llamada.
-¡Pero omma...! Como siempre no alcanzó a responder y ya estaba metido en una nueva situación con su progenitora.
Sorprendido y porque no decir preocupado por el "trato" forzado con su madre, que más bien era ella imponiendo y él, como siempre, sin derecho a objetar, sin voz ni voto en las decisiones que su madre tomaba por "su bien".
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TRES MESES PARA ENAMORARTE. (KaiSoo/ChanBaek)
FanfictionKyungsoo es un escritor reconocido, aunque nadie ha visto nunca su rostro, sus obras llegaron al corazón de miles de personas, y por más que sus relatos proporcionan una lectura fresca y sus personajes son aventureros y vivaces, su personalidad es p...