TRES MESES PARA ENAMORARTE. (KaiSoo/ChanBaek)

CAP XI - TRES MESES PARA ENAMORARTE

KyungSoo movía las manos con nerviosismo mientras esperaba con ansias la llegada de JongIn. Estaba por demás interesado en el tema que quería tratar con él, más aún después de haberse ido sin siquiera unas palabras de por medio.

-¿Te sirvo algo Kyung?- la voz de su antiguo amigo MinSeok hizo que se despabilara y centrara su atención en el contrario.

-Min... no, no... solo agua por ahora.- agradeció son un leve rubor ya que el pelirosa lo había asustado.

-Me alegra verte de nuevo Kyung, desde la graduación perdimos contacto- comentó el chico mientras dejaba en la mesa un vaso con el líquido cristalino. – ¿Esperas a alguien?-

-¿Eh? Sí, así es- respondió en voz baja observando con desánimo su reloj, ya llevaba media hora de retraso. – Dijo que estaría aquí y termine siendo yo el de la espera- criticó para sí mismo mientras su amigo lo observaba con curiosidad.

-Tranquilo Soo, seguramente tuvo algún imprevisto y se demoró- el chico animaba al escritor justo antes de ser interrumpido por un cliente. – ¿Me disculpas? Debo atender las demás mesas, sin ChanYeol el trabajo aquí se ha duplicado.

El escritor asintió viendo luego partir a su amigo quedando solo con sus tribulaciones –tal vez solo esta demorado, no me dejara plantado... ¿o sí?- murmuraba viendo el pasar de los minutos, cada vez con menos entusiasmo.

Observaba con ojos llorosos como las mesas se ocupaban y liberaban con el correr de las horas pensando en que tal vez nunca debió aceptar, nunca debió mirar al otro lado del parque y encontrarse con aquel moreno.

-Kyung...- MinSeok palmeó su hombro haciendo que el escritor eleve la vista. –hoy cerraré más temprano pero ¿Por qué no te quedas un rato más?

-Gracias hyung...- susurró el más bajo tomando entre sus manos el manojo de llaves que el contrario le entregó. No es que sea un masoquista, Soo solo quería aferrarse a una esperanza aunque tal vez esta sea solo una ilusión. Al menos por una vez en su vida no quería sentirse como el cobarde que huye antes del incendio, si ha de quemarse al menos no tendría razones para recriminarse ya que habría dado todo de su parte.

No recuerda cuanto tiempo exactamente estuvo sentado solo en aquel establecimiento o en qué momento unas gotas cristalinas se escaparon de sus lagrimales mojando sus mejillas. Estaba decidido a marcharse cuando escuchó la campanilla que sonaba cada vez que la puerta principal se abría y al elevar la vista un JongIn muy agitado estaba frente a sus ojos.

-Lo siento... yo... pensé que no llegaría...- alcanzó a decir el moreno con el poco aire que lograba juntar en sus pulmones.

-También lo pensé... que no lo harías.

-Kyung...-

-Dijiste que estarías aquí a las 4, lo prometiste... al menos pudiste avisar que llegarías más tarde-

-Te dejé 35 mensajes y no respondiste a ninguno, por eso estaba tan preocupado... Kyung, yo no podía salir del trabajo y eso fue lo que me impidió llegar a tiempo, pero en ningún momento olvidé nuestra cita. Tendré el mundo sobre mis hombros pero en mis pensamientos siempre serás mi prioridad.

-¿Mm...mensajes?- el escritor bajo la mirada avergonzado, había olvidado completamente su celular en la casa y en ningún momento se le ocurrió que el más alto podría haberse comunicado con él a través de ese medio. – ¿En serio no lo olvidaste?

-Jamás podría olvidarme de ti cariño- Respondió Jongin mientras se acercaba al más bajo. –pero al final resultó en algo mejor, ¿no lo crees?