Para: El príncipe que no vale la pena.
Un día conocí a una chica. Ella jamás podría ser perfecta, ¿por qué lo sería?
No era especialmente torpe, o estúpida.
Tampoco era demasiado guapa, o llamativa.
Decían que era inteligente, que era aplicada, que era amable.
Yo la conocí siendo caprichosa, egoísta y algo descuidada.
La juzgué mal. "Nunca juzgues a un libro por su portada". Ahora entiendo esa frase que parece tan estúpida.
Su nombre no importa en lo absoluto, ni de dónde vino ni a donde no ha ido. Ya que todo empezó cuando ella y él se conocieron. Todo su mundo se volteó por completo.
Ellos eran polos opuestos. De esas personas que el destino hacía que sus caminos se juntaran, y nadie entendía el porqué.
Ella un día me confesó que cuando lo vio lo sintió como un reto. "¿A quién no le gustan las competencias? " me preguntó con una sonrisa inocente.
Intenté disuadirla, pero jamás se rindió. "Venga, es sólo un juego, ¿acaso algo malo podría pasar? Por supuesto que no" era siempre su respuesta.
Cada día regresaba riendo, con una mirada pícara, que iluminaba su rostro. A veces, en vez de tener aquella expresión, que de inmediato la ligaba a un "triunfo", según ella, venía que echaba humo, esa era una "derrota".
Ella no es de las chicas que echan todo por el caño cuando pierden una batalla. Ella es ambiciosa, quiere ganar una guerra siendo ella sólo una.
Se dedicó a llamarle la atención a aquel chico, por bastante tiempo. Ella no es sentimental, no cuando se trata de sus juegos. Más bien es temperamental. Pero una vez regresó llorando.
Jamás la había visto así.
Ella JAMÁS llora... y menos por un estúpido juego de esos.
Así pasó un año, y ella partió en un viaje. No supe mucho de lo que ocurrió allá, pero cuando regresó se veía despampanante.
Con una de esas sonrisas que sólo irradian felicidad, aunque en ella se le notaba el orgullo.
Su razón era: "Ya lo tengo en mis manos".
Pero qué manos tenía sobre él. Siempre se le veía a él en los tiempos libres junto con un montón de diferentes chicas, como hacía unos meses atrás era muy normal, pero según ella ya estaban juntos. Pero luego lo veía a él celoso, le recriminó a ella variadas veces cuando se juntaba con sus amigos.
Si él puede, yo igual.
Era una de sus fierras ideas.
Por eso no contestaba adecuadamente a lo que él le exigía. Se hartó después de un rato.
ESTÁS LEYENDO
She said she loved you.
RomanceElla jamás lo amó, no de verdad. Pero le dijo que lo hacía. Y sólo le dio una carta intentando explicar algo absurdo. Al igual que los retazos de papel con tinta que garabatea un corazón destrozado. Aquí están aquellos retazos con tinta que con tan...