Aquella noche era fría y nada acogedora, me encontraba en una sala pequeña con un policía vestido de uniforme, tenía pelo rizado con un tono entre castaño y pelirrojo, los ojos eran poco destacables pero si mal no recuerdo los tenia marrones, aunque era difícil ver algo en la sala que no fuera la mesa de metal frío con patas oxidadas, la cual era alumbrada por una lámpara que colgaba del techo con una bombilla parpadeante... no había nada sobre la mesa, solo conseguía ver una silla del mismo material oxidado que la mesa, esta iba a juego con la que estaba debajo de mí, por el roce de mi pantalón pude adivinar que era fría.
Acto seguido el policía se acercó a mí.
-Buenas tardes señor... Alan ¿no?- dijo el policía dudando de mi nombre.
-Sí- dije yo con un tono despreocupado.
-¿Sabe por qué está aquí?- dijo el policía sentándose en la silla que tenía enfrente.
-Sí- volví a afirmar.
-Entonces sabrá que me tiene que contar con todo detalle, su vida- dijo el policía como si estuviera leyendo una hoja donde ponía aquello.
-Sí- afirmé de nuevo- y si voy a tener que contarle todo sobre mi vida a usted, por lo, menos dígame su nombre.
-Wallace- dijo el policía- me llamo Wallace, pero todos me llaman "Wall".
Reí para mí -"Le llaman pared"- pensé, y estallé en una carcajada.
-¿Qué pasa? ¿De qué te ríes?- Pregunto curioso.
-¿Te has parado a pensar que te llaman pared?- le dije amigablemente.
-Ja Ja Ja -Rió de una manera irónica- Nunca lo había pensado -Hablaba en un tono de asombro, todo esto dentro de una ironía infantil. Aunque también he de reconocer que mi pensamiento no fue muy maduro.
Después de esta breve conversación comencé a relatar mi vida...
ESTÁS LEYENDO
Memorias de una "dulce" infancia
HorrorAlan se encentra en una sala de interrogatorios y se dispone a contar su infancia a un policía llamado Wallace. -¿Por qué esta allí? -¿Qué ha hecho o qué hizo? -¿Qué pasara si miente? -¿Contará la verdad?