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Juntos, siempre juntos. ❄Wigetta❄

- Creo que no he sido mas feliz en mi vida... - le dijo Samuel a Guille.

- Dejame hacer la cena Vegetoide, yo también te quiero. - Dijo Guille con una gran sonrisa en la boca.

- No sé que haría sin ti - dijo Samu cogiendo a Guille por la cintura y dándole un beso en el cuello bastante tierno.

- ¿Qué te pasa hoy?

- Supongo que quiero aprovechar a lo máximo a mi novio - Le volvió a dar un beso pero ahora en la mejilla.

- Saca la mesa Samu, que tengo hambre...

- ¿Tienes hambre? - Preguntó Vegetta con una cara de pervertido muy grande

- ¡Samu!

- Vale, vale... - sacó lo necesario dejándolo en la mesa donde posteriormente cenarían.

(***)

Era de día, Vegetta se encontraba en la cama durmiendo abrazado a la almohada mientras Willy sonreía al verle.
El chico de ojos pequeños se levantó de la cama y se mareó un poco, no le dio mucha importancia y fue a lavarse la cara al baño. Se secó sus manos y fue de vuelta a la habitación a cambiarse de ropa.

El castaño se despertó con una sonrisa al ver a Guillermo.

- Guille, ¿Dónde vas? - dijo con cariño desperezándose.

- Voy a dar un paseo, ¿Te vienes?

- Vale.

El chico musculoso se vistió rápidamente y fue con Willy a pasear por Los Ángeles.

Paseaban cogidos de la mano, como adolescentes enamorados, en Los Ángeles nadie les reconocía, no debían de tener miedo a demostrar lo mucho que se querían en esa ciudad.

Willy se paró, su novio le miró preocupadamente preguntándole que le sucedía, su acompañante no le dijo nada, sólo que no se preocupara, asintió y siguieron andando.
Al cabo de unos minutos volvió a suceder, solo que esta vez se desmayó y Samuel le cogió preocupado. Llamó a una ambulancia que no tardó mucho en llegar.

(***)

- El paciente Guillermo está estable, le damos el alta pero debe de hablar con su médico de cabezera. Es muy importante... - dijo el doctor escribiendo en un folio que se encontraba encima de la carpeta que llevaba en sus manos.

Asentí y entré a la habitación donde estaba Guillermo acostado un poco mareado.

- Willfred... Que puto susto me has dado - se ríe, aunque le cuesta hacerlo. - Tenemos que ir a hablar con el medico.

- Pero... ¿Qué me ha pasado?

- Supongo que tendrías bajas las defensas... Venga, vistete y vamos...

El novio del paciente le esperó en la pequeña puerta de la habitación aún con el susto que le había dado su novio en la calle.

- Ya estoy - dijo el anteriormente mareado Willy saliendo por la puerta.

Juntos, bajaron a las pequeñas oficinas de los médicos, leyeron el nombre de su medico correspondiente y llamaron a la puerta. Un señor apuesto, con bata blanca y unos bolígrafos en el bolsillo de esta les invitó a pasar.

- Adelante... - los dos chicos pasaron indecisos dentro.

- ¿Guillermo? - preguntó el doctor para afirmar que era él

- Si... ¿Qué sucede doctor?

- Verá... No es difícil de asimilar la información que le voy a dar...