15/febrero/2013
A los 11 años ya me sentía sólo y sin nadie con quien contar, la gente me miraba con asco, con indiferencia, trataba de ignorarlos pero de alguna manera me hería, a veces trataba de llamar la atención, cuando quiera ser escuchado, sin embargo sólo lograba un regaño de la profesora. El tiempo pasó, mi alma se fue marchitando, hasta que sólo quedó rechazo, tristeza, dolor y odio dentro de mi.
ESTÁS LEYENDO
El diario de un adolescente
RandomEste dramático libro, narra hasta donde se puede llegar, a destruir a una persona.