Gritos silenciosos

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16/enero/2015

Paso la cuchilla delicadamente por mi pierna izquierda, lloro mientras lo hago, no porque me duela cortarme, es porque al hacerlo pienso en mi espantosa vida, en lo que vivo todos los días, en mi dolor.

Es una manera de odiarte, de satisfacción con el daño a uno mismo, una manera de sacar toda la carga a través de las cortadas. No lo hago en los brazos como usualmente se hace,  ahí es más fácil que vean tus cortes, además me da pereza inventar excusas como "fue el gato" o "me corte con las uñas mientras dormía", además, no quiero demostrarle al mundo mi dolor, mi debilidad.

El diario de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora