Capítulo 4

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RYDER

Después de conseguir que Alexis se vista, ambos volvemos al salón para conocer un poco más a la novia del perro. Su cara cuando ha escuchado la voz de su novia ha sido épica.

—Oye, oye —cuando entramos en el salón, les vemos tumbados en la cama hinchable y besándose—. Para esto necesitaréis una habitación.

—Probablemente robaremos la tuya —me contesta Thomas, con esa sonrisa pícara, tan común en él.

—¡Thomas! —se queja la rubia con vergüenza en su rostro. Se sienta en la cama hinchable y nos regala una sonrisa de disculpa—. Le gusta molestar.

—Vaya, qué novedad —río con sarcasmo. Caminamos hasta el pequeño sillón que hay junto al sofá en el que Seth ronca, y Alexis se sienta sobre mis piernas—. Así que tu eres esa por la que mi perro suspira enamorado —le digo a su novia.

—Supongo que lo soy —se encoge de hombros con los ojos llenos de felicidad—. Y tú eres ese por el que mi novio suelta carcajadas de la nada. Le pregunto por qué demonios se ríe y solo me contesta: esa perra —imita la voz de su novio, quien suelta una risita divertida.

—Ese soy yo —sonrío mirando a Thomas—. Veo que no me olvidas, perro. Hablando de eso —acomodo a mi gatita sobre mis piernas—, ahora que somos uno más, deberíamos pensar cómo vamos a organizarnos. ¿Hasta cuándo pensáis quedaros?

Thomas pone una expresión pensativa y luego mira a su novia, se sienta a su lado y le da un beso en la mejilla con cariño.

—Solo unos pocos días más —responde, asintiendo—. Jules tiene que volver a la universidad y yo también tengo cosas que hacer, y Seth, bueno Seth no hace nada. A él te lo puedo dejar aquí.

—Callate, Thomas —reclama el otro con voz adormilada y se acomoda de nuevo en el sofá para seguir durmiendo.

—Bueno —Alexis da un saltito y se levanta—. ¡Pues yo tengo la solución! —me mira y después señala la puerta—. Mi amigo Luke vive en el apartamento de al lado y esta noche se marcha con su novia de vacaciones. Podéis quedaros en su casa hasta que vuelva o hasta que vosotros tengáis que iros. ¿Qué os parece?

—¡Eso sería excelente! —exclama Jules—. Muchas gracias Alexis.

—No es nada —hace un gesto con la mano—, así estaréis más cómodos y podré dormir sin los ronquidos del perro dos punto cero —le un toque a Seth en el pié.

Thomas suelta unas carcajadas tan fuertes que Seth vuelve a despertar.

—¡Dejen a la gente dormir! —se queja.

—Seth, ya es tiempo de que despiertes —le dice Thomas, rodando los ojos—. Nos estás dejando en verguenza.

—Se me acaba de ocurrir algo —el brillo de emoción en mis ojos me delata.

— ¿Qué? —Alexis me mira con temor.

—Dijiste que el lunes hay huelga y no tenemos clase, ¿verdad? —me levanto y voy hasta ella, que está sentada en un taburete de la cocina americana.

—Eso dije, sí. ¿Por qué?

—Nos vamos de excursión —miro a Thomas con una sonrisa insinuante. Él me mira con la misma emoción.

—¡Si! —exclama—. ¡Oh, por Dios! Esto es genial. Me recuerda tanto los viejos tiempos —se limpia una lágrima imaginaria con el dedo y Jules rueda los ojos cuando lo ve.

—Chicas —las miro a las dos—, poneos un bikini.

—¡Está nevando, Ry! —Alexis ríe.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2016 ⏰

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