Capítulo 1

8.4K 674 253
                                        

¡Frictioners! ¡Aquí tenéis el primer capítulo de PERRAS! ¡Disfrutadlo!

RYDER

Camino descalzo por el salón, notando el frío bajo mis piés. A pesar de ser de madera, ya ha comenzado el invierno y aquí, en Flagstaff, no concede tregua. Ayer estábamos a cinco grados, y eso que todavía no hemos llegado a febrero.

Me asomo por la ventana y sonrío al ver la nieve. No porque a mí me guste, sino porque a Alexis le encanta y adoro ver su cara cuando cuaja y adquiere la textura que tiene ahora. Seguro que quiere salir a hacer un muñeco de nieve.

— ¡Qué frío! —se queja desde la cama.

Yo solo río al imaginarla hecha un ovillo bajo el edredón. Hace una semana que volvimos de San Francisco, tras pasar allí las Navidades, así que ahora mismo necesitamos ponernos al día con las clases.

—Joder —aparece en la sala, con una bata de las gordas, y se dirige al calefactor para ponerlo a tope.

— ¿No decías que te gustaba el invierno? —le pregunto con una sonrisa.

—Me gusta la nieve, no el frío —se acerca hasta mí y rodea mi cintura, acurrucándose en mi pecho.

—Gracias por la aclaración, gatita —río acariciando su pelo —. ¿Desayunamos?

—Sí. ¿A qué hora entras hoy a clase? ¿es tu última semana, no?

—Entro a las diez. Solo vamos a revisar algunos casos y después ya empiezo las prácticas. Tengo unas ganas —comento mientras sirvo café en dos tazas.

—Me parece tan increíble que vayas a ser abogado... —levanto la vista y le saco la lengua porque se perfectamente por qué lo dice.

—Te dije que lo conseguiría.

—Claro que sí. Solo que es raro, joder.

— ¿Es que hay algo normal en nosotros? —pregunto sentándome a su lado y ofreciéndole una rebanada de pan con mermelada.

—Idiota —dice dándole un mordisco y sonriendo.

—Idiota tu.

Me lavo los dientes mientras ella se maquilla lo justo para ir a clase. No entiendo por qué lo hace, no lo necesita.

— ¿Quedamos para comer? —le pregunto cuando está poniendose el abrigo para marchar.

—No puedo, tengo un trabajo que hacer en la biblioteca.

— ¿Con quién?

—Pues con un compañero de clase —no me mira.

— ¿Con cual?

— ¿Estás celoso? —ríe con malicia y se aproxima.

—Alexis —le advierto cuando comienza a hacer círculos sobre mi pecho con la yema de su dedo índice —. No intentes distraerme —sujeto su muñeca.

—Es broma, tonto —me da un beso en los labios —. Es que me encanta verte celoso. El trabajo es con Scar.

—Cómo te gusta, gatita —aprieto su culo contra mí, haciendo que note mi erección matutina prolongada.

—Sabes que sí. Nos vemos a la noche, ¿vas a venir al club?

—Supongo que sí. Hablaré con los chicos a ver que quieren hacer. Si no, te llamo.

—Vale —la acerco a mí para besarla una vez más—. Te quiero.

—Te quiero, gatita —le guiño un ojo cuando sale por la puerta.

PERRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora