Problemas De Adolescentes

3 Capítulo: Las Cosas no empezaron bien

Entro corriendo. Los gritos que se escuchan son de Penny. Subo las escaleras hacia su habitación y veo a papá delante de ella, está sentada en el suelo sin parar de llorar.

-Sarah, ven y ayúdame- me dice haciendo señas, desvió la vista hacia un costado donde me cruzo con unas tijeras que están en el piso y los dedos de Penny que están todos cortados y lastimados

-¿Qué te pasó?- digo pero no escucho respuesta- ¡¿Penny que hiciste?!- vuelvo a decir más furiosa, a veces no me controlo, y empiezo a gritar

Nadie responde, no entiendo que es lo que pasa, y Penny no para de llorar.

- E...Estaba jugando, co...cortando papel- dice tartamudeando mientras llora- y me lastimé los dedos-comenta ya más calmada y casi susurrando mirando el piso

Rápidamente salgo de su cuarto hacia mi baño a buscar el botiquín de primeros auxilios. Lo tomo y regreso a la habitación. Me doy cuenta que papá no está, pero le quito importancia y empiezo a curar las heridas de los dedos de Penny, limpiándolas con agua oxigenada. Ella hace muecas de dolor y le pongo unas vendas.
En ese momento entra papá con un trapo y un balde en la mano, para limpiar la sangre que se encuentra en el piso

-¿Donde estabas?- lo interrogo mientras termino de guardar las cosas en el botiquín- Ya limpié las heridas de Penny y le puse unas vendas- digo restandole importancia a la pregunta que acababa de hacerle

-Muchas gracias Sarah- dicen papá y la niña al unísono

-No hay de que- les respondo con una sonrisa de lado

Me dirijo hacia mi baño a guardar el botiquín pensando en que como una niña puede lastimarse los dedos con una tijera que corta papel. Luego me acerco a la mesita de mi habitación y anoto que hay que comprar repuestos de algodón y vendas, ya que los utilicé en los pequeños dedos de mi hermanita.

Estoy a punto de bajar las escaleras pero retrocedo al ver a Penny acostada en su cama mirando tele y comiendo golosinas

- Veo que ya estas mejor- digo levantando una ceja- hasta te atienden como a una princesa

- Lo merezco, yo soy una princesa- dice con golosinas en la boca, casi no se le entiende lo que habla-pero bueno Sarah gracias por curarme

- No hay de que- vuelvo a decir- pero la próxima ten más cuidado- me muevo bajando las escaleras

Me dirijo en dirección a la cocina. Agarro una manzana y le doy una mordida; de repente aparece Steve

- Hola...- parece que olvido como me llamo- emm...Sarah- dice levantando un dedo como si hubiera acertado en un juego

-Hola querido STEVE- digo poniendo énfasis a su nombre- yo si recuerdo como te llamas- le digo mostrando un enojo que ciertamente es falso

-Yo también recuerdo el tuyo, lo recuerdo- dice casi susurrando

Siento que mis mejillas se sonrojan y no se porque, no esta pasando nada anormal. Él lo nota y hace una pequeña risa

-Sarah, un día de estos...¿No queres ir al cine?

-Si claro- le respondo con una sonrisa

- Okey, luego arreglamos, adiós

...

Escucho un ruido molesto, que se repite una y otra vez, viene de mi mesita. Volteo hacia ella y es la alarma de mi celular, planeo seguir durmiendo 5 minutos más, pero se que es lo que va a suceder así que me levanto. Sentada en mi cama restriego mis ojos. Me dirijo hacia la tecla de la luz, la enciendo ya que es de madrugada y esta oscuro, son las 06:15, mis horarios son desde las 07:30 hasta las 13:10, y a veces hasta las 17:30. Camino hacia el ropero y saco mi uniforme poniéndome una camisa y una corbata color gris, con un sweter color bordó arriba, en la parte de abajo una falda que hace juego con la corbata y unos zapatos negros. Me miro de pies a cabeza en el espejo que es parte de la puerta del ropero.
Voy al baño, me cepillo el pelo, lavo mis dientes, mi cara y bajo las escaleras. En el comedor está María dejando una bandeja arriba de la mesa que tiene una taza con café, unas tostadas con mermelada y una fruta. Me tomo mi tiempo para desayunar y veo la hora, son las 07:00, salgo de casa y subo al auto en el cual me esperaba el chofer.