Princesa de Porcelana

El chico nuevo

Me despierto con la misma sensación de siempre, ese sentimiento que me dice que vuelva a la cama y duerma por siempre.
Salgo de la cama y enseguida me voy al baño a ducharme para despertarme y no quedarme dormida toda la clase.
El agua estaba fría, esa frialdad en mi cuerpo me hace sentir viva.
Salgo de la bañera y me pongo lo primero que encuentro en el closet.
Unos jeans negros y un poco rotos de las rodillas, una blusa negra que dice "Nirvana", una camisa encima de cuadros negros y rojos y finalmente unos converse negros.
Arreglo mi pelo lacio como de costumbre y salgo de mi habitación.
En la sala encuentro a una mujer desconocida, lo normal.
-Hola , Buenos dias!-Dice la mujer con un gesto agradable.
-Que tal-Digo sin expresión alguna.
No estoy de humor para charlar con otra de las golfas que mete mi padre a la casa. La mujer es guapa, lleva un vestido que le llega las arriba de los muslos, de color negro, tacones negros. Su pelo es rubio-dorado y lacio.
La linea de delinador hace que resalten sus ojos, y su labial es color vino.
Mi padre no esta ciego.
-Creo que alguien no esta de humor-Dice mi padre colocándose al lado de la bella mujer.
Ignore su comentario por completo, no quiero volver a hablar con esa hombre el resto de mi vida.
Mis hermanos están sentados en la mesa desayunando, yo estoy subiendo de peso, no comeré mas.
-Adiós Amber, adiós Jeremiah-Les dije a mis hermanos.
-Bye Ally!-Dicen mis hermanos al unísono.
-Adiós Ally-Dice la mujer
Cierro la puerta y la ignore por completo. Estúpidas golfas.
Llegando al colegio, un grupo de chicas demasiado maquilladas y con mini-faldas me miran como si fuera un bicho raro, y lo soy.
El día de hoy las personas han decidido comenzar a burlarse de mi, y golpearme. No es lo de siempre.
-Oye emo!-Dice un chico alto y robusto de pelo rubio.
En ese preciso momento en el que volteo, me lanza un vaso de agua fría, haciendo que mi pelo se moje al igual que mi celular.
Todos se burlaban de mi.
-Estúpida gorda emo-Decían 2 chicas riéndose a carcajadas.
-Ya suicidate!-Gritaban.
Solo los ignoraba mientras me dirigía al baño para secarme.
Después salí y me metí al salón.
Las primeras 4 horas de clase fue solo leer y leer aburridos libros de texto.
La quinta hora, era de literatura con un profesor muy aburrido.
Cuando el entró,atrás de el entró un chico alto y muy atractivo,nunca lo había visto en mi vida.
-Hola chicos, buenas tardes-Dijo el profesor.
-Hoy, ingresó un estudiante nuevo a este colegio y quiero darle la bienvenida.-Dijo el profesor con mucha alegría.
-Su nombre es Alex, Alex Ferguson.-Decía mientras el Alex me miraba fijamente.
-Toma asiento Alex-Dijo el profesor mientras se sentaba en su escritorio.
Justamente Alex se sentó en la silla vacía que estaba a mi lado.
Tras horas y horas de aburrimiento.
Al fin sonó el timbre de la salida, y salí.
Noté que alguien me seguía y adivina que? Era el.
-Hola, Soy..-Dice sin terminar la frase.
-Alex, si estabas enfrente de mi-Digo interrumpiendolo.
-Eres linda, digo, me llamó la atención tu aspecto y tu blusa de Nirvana.
-Gracias, si la mayoría se me queda viendo por mi físico que no es normal.-Le digo con un poco de interés.
-Quería decirte si querías tomar un café conmigo y conocernos mejor,claro si tu quieres-Dice apenado
-Emm...Claro!-Le digo.
-Muy bien! Por cierto cual es tu nombre?
-Allison,Allison White.
-Lindo nombre
-Gracias, que amable.
-Bueno, iremos en mi coche ¿estabien?
-Tienes un coche?-Le digo asombrada.
-Si! Vamos!
No puedo creer que tengo un coche, es fantastico!
Llegamos por fin a su auto y esta realmente bello, es muy lindo y es negro.
Abre su auto con sus llaves y me dice que me suba y lo hago.
-Lindo auto-Le digo
-Tu eres linda. Gracias por el cumplido!
Su comentario me ha hecho sonrojarme como una tonta y ha hecho que se me escape una pequeña risita.
-Gracias-Le dijo con pena
-No te sonrojes-Me dice riéndose tiernamente.
-Lo siento, solo que nadie me lo había dicho.
-Pues es la verdad.-Me dice.
Llegando a la cafetería, estaba el mismo grupo de chicos y chicas que me insultaron y entre ellos estaba el chico que me lanzo el vaso de agua.
Quería que no me vieran pero pareciera que escucharon mis pensamientos y voltearon a vernos.
Quería ser invisible.